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Mitos para discutir

Por culpa de un enemigo invisible, los creyentes y seguidores de mitos y ritos no podrán disfrutar ni sufrir la Semana Santa. Sin embargo, no dejemos pasar por alto esta ausencia para referirnos a otras narraciones bíblicas que, si bien no son compendiadas en esta liturgia, sí hacen parte fundamental de la Biblia como los son la supuesta esclavitud de los hijos de Israel en territorio egipcio y su salida hacia Canaán, tal como nos ilustra el Éxodo. Infortunadamente, la única información bibliográfica que tenemos de estos eventos es la Biblia misma, así que tenemos que acudir a otras investigaciones que han adelantado historiadores, antropólogos y arqueólogos, además de esgrimir la lógica que nos brinda el pensamiento crítico que nos traslada desde lo mágico y religioso hasta lo filosófico. Lo primero es discutir acerca de si hubo tal esclavitud. En primer lugar, el Egipto faraónico no fue esclavista; a Egipto se le conoce más por sus pirámides, por su magia y arte (Isis fue una gran maga), por sus técnicas de embalsamiento, por su esoterismo y politeísmo, y por su agricultura que no podía ser muy grande teniendo en cuenta que solo el 5 % de su territorio, alrededor del Nilo, ofrecía condiciones para ella. En esas calendas, no existía el tal Estado de Israel para decir que sus súbditos migraran hacia Egipto; hasta Jacob, al menos, toda la línea de la creación nació en lo que hoy se llama Irak, esto es, todo el imperio babilónico que era el centro del universo, que poseía mejores condiciones naturales para crear nación, todo el valle entre el Tigris y el Éufrates; no había razones para emigrar. La única época que Egipto pudo demandar mucha mano de obra fue en la constricción de las grandes pirámides pero eso ocurrió mucho antes. Es de anotar, que no se ha encontrado ningún testimonio del paso de los judíos por Egipto en 430 años que supuestamente duró la esclavitud: ni una frase en piedra, ni una pintura o escultura. ¿Cómo uno no va a dejar una muestra por donde pasó? Esa esclavitud no cuenta con el respaldo de la ciencia ni de la más incipiente lógica.

Otro hecho, que es un ícono bíblico, es el éxodo. El camino para ir a Canaán, entre Egipto y Canaán, no era desconocido; fue utilizado por mercaderes, por allí vinieron los hijos de Jacob y por ahí volvieron a Canaán cuando José les ordenó ir a buscar a su padre que, al cumplir 120 años, pidió volver a Canaán, donde fue enterrado, tierra que ya poseían; lo utilizó Moisés cuando huyó a Madián ubicada al otro lado de la península de Sinaí y por ahí regresó 40 años después a Egipto. Esa vía pasaba por el norte, el bajo Egipto, justo por la franja de Gasa. ¿Por qué Moisés en su huida eligió el camino más difícil, a través del mar Rojo existiendo otro expedito y conocido? El Instituto de Arqueología de Tel Aviv dice que la arqueología (notaria de la historia) acabó con el éxodo; no han encontrado rastros de que por allí, en esa época, se hubiera presentado una gran movilización como la estipulada en El Éxodo. Siempre me he preguntado, ¿de dónde sacaron Aarón y sus amigos el oro que utilizaron para fundir un becerro, si eran esclavos y en el Sinaí no existe este metal? Un esclavo con oro no tiene esta naturaleza. ¿Cómo hicieron para fundirlo si su punto de fusión es 1.064°C? No tenían sopletes ni existía el acetileno. ¡Hay que leer críticamente!

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