Columna Por: Jose Gregorio Guerrero
Los cardenales ya habían votado tres veces. La fumarola en las tres ocasiones había arrojado humo negro, señal de que aun no había Papa. El Cardenal Turkson miró su reloj de bolsillo, y se imaginó que al faltar una votación el sol ya se estaría ocultando en ese sector del planeta; se incorporaron nuevamente para iniciar la cuarta y última votación del día, todo esta planeado para dos días más. Antes de iniciarla el Camarlengo pidió la presencia del Espíritu Santo en el lugar, cuando de repente se escuchó en galopar de dos caballos cansados, y el respirar agitado de dos jinetes apresurados.
Todos quedaron estupefactos, como cuerpos enyesados al que solo se les lograba escuchar en el ámbito sobresaltado el palpitar de casi dos centenas de corazones descarriados; era una onomatopeya de redoblantes locos, algo así como un encuentro multicultural de tribus africanas. Todos los que estaban de espalda voltearon.
El silencio se hizo hondo y largo, ancho, explayado en toda la superficie de la capilla, cuando de repente se escucha una voz fuerte en un español atropellado que dijo:”cónchale vale si no quieren que les expropie la fe, si es que todavía les sirve, autorizo en el termino de la distancia, y en nombre de la revolución bolivariana votar por el cardenal argentino Jorge el izquierdoso” entonces la voz se volvió más imperativa, ¡voten ya chamos les dije que ya! De repente se fue dibujando en el ambiente el croquis de lo que era, de esa fuerza del más allá en el más acá. ¡Sorpréndanse! era e mismísimo presidente Chávez y su acompañante Simón Bolívar en sendos caballos negros azabache.
Al ex mandatario se le podían ver unas alas de ángel nuevo y una túnica con una leyenda proselitista que decía ¡Maduro presidente! El libertador en cambio llevaba puesta la misma indumentaria que utilizó en la batalla de Boyacá, pero con un rostro de vergüenza “Hugo Rafael dejad que sea la divina previdencia que os decida” dijo Bolívar “ve “Boli” cállate Mejor. Fue entonces cuando se dio la votación y la fumarola expidió humo blanco y el mundo escuchó la voz destemplada ¡habemus Papam!
Es este el episodio que patina por la cabeza del presidente y candidato Nicolás Maduro, por Dios este si que es más loco que el mismo Chávez; pobre los venezolanos en mano de este desadaptado. Dios tenga misericordia de ellos. Lo sentí así el día que le dijo al mundo que Chávez había muerto para dar la orden en el cielo de poner a un papa latinoamericano; como les queda el ojo? Pobre pueblo.
P.D bonita labor desarrolla la Fundación Cesarense Síndrome de Down, ojalá encuentren ayuda en el sector público y privado para cobijar a cientos de niños que lo necesitan. Esto si que merece ayuda.