La mayoría de vallenatos andan de vacaciones, yo hace bastante rato, pero igual nos quedan tiempo para las doce uvas y la maleta amarilla, y salir a expensas de que te atraquen por ahí.
Lo mejor es esconderse, como los conejos, o hibernar como los lobos árticos. Buscar doce cosas simpáticas no cabe en esta columna, además en años difíciles las únicas cosas simpáticas son muy nuestras y no vale la pena contarlas por aquí, pero las tengo.
Entonces comentaré brevemente los doce libros que me parecieron indispensables en el 2021. No son los doce apóstoles colombianos que todos conocen sin conocerlos, los otros doce de la tradición cristiana son mis buenos amigos, y me salvan en los crucigramas, algunos con nombres de vallenatos.
Tomás, por ejemplo, se llama Poncho Zuleta, Juan era el viejo Juan Muñoz, el de la vieja Gabriela, Andrés bien puede ser el Turco Gil, o Becerra, Felipe el de La negra, incluso Judas, como se hacía llamar el compositor Juvenal Daza Bermúdez en tiempos de concursos.
Tampoco son aquellos doce del patíbulo, la película de 1967 dirigida por Robert Aldric, que pueden ver gratis en internet hoy. Digamos entonces que son los Doce cuentos peregrinos de Gabo, para estar más cercanos.
Aquí están pues.
1. El Quijote a lo paisa, el Viejo libro de Argos (Roberto Cadavid Misas). Como no leímos el original, esta versión algo divertida y comprensible en español actual pero regional es buena excusa. Cómo olvidar Argos, con su Gazapera en El Espectador. Hasta ahí.
2.- El fin de los medios de comunicación de masas, de Jeff Jarvis, donde predice cómo serán las noticias del futuro en tiempos de la tecnología, donde cuenta que no es el destino del periodismo, sino una estación de paso. La tecnología ha convulsionado la industria de la información, pero también ofrece muchas oportunidades para mejorar. Imaginar qué pasará con el futuro, la apuesta eterna.
3.- Un Mundo Raro, de Álvaro Vélez Isaza, son crónicas y relatos de regiones colombianas y del mundo con un lenguaje sencillo, fresco, bien contado. Personajes extraordinarios, entre ellos el cantante vallenato que asistió en vida a su propio funeral. Se las dejo ahí…
4.- Introduccion a la historia, de Marc Bloch, sencillo manual para entender y comprender los fenómenos humanos y científicos de ayer, por eso es el padre de la historiografía moderna, es salvajemente ilustrativo.
5.- Sapiens, una historia gráfica, de Yuval Noah Harari, con colaboración de David Vandermeulen y Daniel Casanave. Ya el autor nos tiene acostumbrados a sus textos, en esta ocasión es para nuevos lectores con la seguridad de educar, enseñar y entretener. Excelente.
6.-Esperando no se sabe qué, Jorge Larrosa, profesor español donde refleja los cambios educacionales con una prosa ensayística hospitalaria, inspiradora, donde se intercambian conceptos de los pensadores de la educación, pero con las nuevas tendencias en las mentes de los nuevos receptores del aprendizaje. Genial para profesores.
7.-La historia del mundo sin los trozos aburridos, de Fernando Garcés Blásquez, su nombre lo dice todo, pero es tan divertido y directo que se lee como quien se come una manzana en una tarde incierta. Un recorrido por los siglos a través de anécdotas curiosas. La curiosidad no mató a la gata…
8.- Ser humanos, Fernando Manes, Mateo Niro, un neurocientífico y un periodista unidos para contarnos de dónde venimos, quiénes somos, hacia dónde vamos. Imprescindible para estos tiempos difíciles y convulsos, presenta un imperativo para reconstruir un mundo malherido. Ojo.
9.- Locos Lindos, diez personales geniales que hicieron historia, desde François, Vatel, el primer Chef profesional que prefirió suicidarse antes de quedar mal, hasta Hady Lamarr que sus desnudos y genio sembró las bases de wifi. No cuento más. Es Daniel Samper Pizano.
10.- Aves inmóviles, de Julio Paredes, una novela rara, de prosa excepcional, donde consigue retratar el miedo que experimenta un hombre frente a la muerte.
11.- Antología Poética, de Enrique Mujica, un venezolano que se inspiró en cosas elementales con una filosofía cariñosa e inteligente, soñadora, suave, a veces muy rural, pero toca ventanas de lo urbano.
12. Los cuentos de Mendoza. Como apenas va a salir el año entrante y lo escribí yo, no contaré muchas cosas, es más, ninguna cosa, solo esperemos las circunstancias de los hombres de fe, con apoyo vallenato de nuestra gente buena, pero bien conectada, como debe ser. El desconectado hasta enero seré yo. Abrazos a todos.
Edgardo Mendoza Guerra