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Mima, la mujer que convierte el barro en tinajas

foto/Joaquín Ramírez En Guacoche dicen que las manos de Mima son mágicas, al convertir el barro en hermosas artesanías. foto/Joaquín Ramírez

Sus manos se deslizaban por una masa de barro que poco a poco tomaba forma redonda. Sus dedos parecían acariciar aquella mezcla de tierra y agua que con los minutos se hacía más sólida. No le importaba que el lodo ingresara a sus uñas, cayera sobre su ropa o pies. Ella parecía desconectada del mundo con una práctica que comenzó a explorar hace medio siglo.

Muchos en su tierra natal la conocen como ‘Mima’, pero su nombre real es Edilma Mercedes Chinchía, de 60 años, destacada en el corregimiento de Guachoche por ser la única a la que no le molesta enlodarse con tal de convertir el barro en las mejores tinajas del pueblo, tinajas que se han convertido en el símbolo de esta población del norte de Valledupar.

Edilma se convirtió en la única habitante de esta población capaz de sentarse por varias horas en la tierra para amasar el barro, pulirlo, pintarlo y hornearlo. Cada mañana, cuando lo desea, se amarra el cabello, se coloca un pantalón corto, una camisilla y se va para el espacioso patio de su vivienda donde funciona su taller, su fábrica de tinajas.

Sus manos son versátiles, son el mejor molde para hacer tinajas de todos los tamaños, platos, alcancías y calderos.
Al iniciar su jornada toma el barro que puesto a madurar en tanques con días de anticipación.

“Esto no es todo el mundo que lo hace. La juventud de ahora ya no le gusta sentarse en el suelo y amasar. A mí me dicen sucia de barro, que recojo cajeta para empacar las tinajas, y yo estoy es sabrosa. Gano más que esos que me chiflan”, aseguró la tinajera.

Mientras esta madre de seis hombres y una mujer realiza sus obras de artes paso a paso, prefiere que pocos o nadie se acerque a donde está trabajando, la razón: le gusta el silencio y así poder conectarse con la naturaleza como lo aprendió de niña mirando a una experimentada tinajera en el corregimiento de Patillal.

Mientras pulía la tinaja que antes amasaba, con una de las tantas cucharas de palo que ella misma fabrica hizo los retoques.

“Mando a sacar el barro y lo traigo en carro, después lo hecho allá (señaló un tanque donde realiza proceso de maduración), lo expurgo, le echo arena, dura tres días ahí y después lo amaso”, explicó.

Aunque varias son las personas que la buscan para realizar trabajos en ese material, esta mujer debe enfrentar una competencia fuerte. Mientras que ella dura varias horas realizando su labor artesanal, un vecino, tiene una fábrica de arcilla y con un proceso industrial hace el mismo trabajo en cuestión de minutos.

Ante esto, líderes del pueblo sugieren a los gobiernos de turno más apoyo para la mano de obra local y sacar adelante la tinaja, un producto que nace de las entrañas de Guachoche y que es destacado en una fiesta folclórica que anualmente enorgullece al pueblo, el Festival de la Tinaja.

En tres horas Edilma Mercedes Chinchía, más conocida como Mima, fabrica con sus manos alrededor de seis tinajas.

Por Merlin Duarte García/EL PILÓN
merlin.duarte@elpilon.com.co

 

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