Las probabilidades de la llegada del fenómeno de El niño durante el primer semestre del próximo año se incrementaron, según informó el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, por medio de un comunicado de prensa.
El texto empieza relacionando la disminución de las lluvias en el oriente y norte de Colombia con condiciones asociadas a la aparición del fenómeno.
Aunque todavía las autoridades climáticas no lo dan por hecho, manejan probabilidades de un 80 %. El Niño es un fenómeno de variabilidad climática, que no está relacionado con el cambio climático y en el que, según el IDEAM, la temperatura superficial del mar en el océano pacífico tropical es el medidor más frecuente para reconocer su estado.
Entre finales de 2015 y 2016 se vivió una de las temporadas secas más fuertes de la historia del departamento del Cesar: 24 municipios debieron declarar calamidad pública buscando soluciones a la sequía y los incendios que azotaron el departamento por cerca de 4 meses. La falta de lluvia obligó a decenas de municipios a ser abastecidos con agua por carros de bomberos. No obstante, la directora de Gestión de Riesgo Departamental, María José Paéz, aseguró que “esta vez no será tan fuerte en comparación con años anteriores, pero la recomendación es ahorrar agua para prevenir sequías”.
Las estrategias oficiales de cada año van direccionadas a reducir las afectaciones de El Niño, principalmente en el campo y las fuentes hídricas. Por eso se identificaron amenazas como el aumento de incendios en la cobertura vegetal y déficit hídrico.
DIVISIÓN DE LOS BOMBEROS DE VALLEDUPAR AFECTARÍA ATENCIÓN DE UN INCENDIO
Las altas temperaturas normales en épocas de disminución de lluvias tienden a facilitar la propagación de incendios en campos del departamento del Cesar por el estado seco de la vegetación. Ante esto, tanto autoridades de Gestión de Riesgo y bomberos se proyectan para atender alteraciones.
Sin embargo, la situación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar complicaría cualquier atención urgente. Desde hace una semana, el cuerpo bomberil de la capital y que asiste a diferentes organismos del departamento, no tiene comandante por culpa de las divisiones internas.
La ley determina que dos meses antes de la finalización de la vigencia, que para el capitán Oscar Lúquez terminó el 4 de diciembre, se debería realizar la elección del reemplazante.
Como fue imposible elegir nuevo comandante, recursos destinados a operatividad y pago de sueldo no han sido girados.
Ante una situación de emergencia, asegura el sargento Tomás Charry, “sería complicado girar los recursos necesarios para atender cualquier incendio porque no hay representante legal”.
Por eso, en la mañana de hoy desde las 10 de la mañana, el gobernador del departamento, Francisco Ovalle, el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, miembros del Consejo de Oficiales de los bomberos y otras autoridades estarán reunidos para hablar de la elección de representante legal.
A la par, la parte operativa del cuerpo de bomberos estará a las fueras de la gobernación exigiendo pronta solución al problema y que, en caso de elegir representante, cumpla con los requisitos establecidos en las resoluciones nacionales.
La mayor preocupación es por el impago de la seguridad social de algunos miembros del cuerpo de bomberos. “Existe un alto riesgo que atendiendo un incendio o alguna emergencia uno de nosotros salga herido o se fracture. ¿Quién responde por nosotros, si no nos han pagado la seguridad social?”, agregó el sargento Tomás Charry.
LA ÉPOCA DEL AÑO CON MÁS INCENDIOS
Comúnmente, el último mes y los primeros cuatro meses del nuevo año encierran la temporada con mayores temperaturas y menos precipitaciones. Por eso aumenta la cantidad de incendios. En palabras del director de Corpocesar, Julio Suárez, la vegetación “se convierte en un fosforo, un combustible para generar incendios”.
Durante la última temporada de verano, cerca de 14 mil hectáreas de campo en el Cesar fueron arrasadas por las llamas en su mayoría con responsabilidad humana. “Para época de fin de año y año nuevo está la tradición de irse de paseo en familia. Pasa que no todas las fogatas se apagan del todo y el viento vuelve a encenderlas y las extiende y allí nacen los incendios, que no son fáciles de controlar y causan daños ambientales irremediables”, aseguró el director de Corpocesar.
De esas 14 mil hectáreas que se quemaron en la pasada temporada, la mayoría fue por incendios causados por fogatas “controladas” que el aire sacó de control. “Además de la madera seca y las pocas lluvias, el viento es una trampa para hacer fogatas o quemas de basura. Cualquier candela es una posibilidad para que un incendio se propague. La recomendación es no prender candela, ni dejar rastro, como carretillas de cigarro o carbones encendidos”, agregó el funcionario.
AUMENTAN LAS TEMPERATURAS Y EL RIESGO DE SEQUÍA
La temporada de vacaciones de fin de año maneja una de las temperaturas más altas del año. Según la directora de Gestión de Riesgo Departamental, María José Paéz, “la probabilidad es que suban las temperaturas más de lo normal, pero culpa del verano, no del fenómeno de El Niño”.
Las recomendaciones de la funcionaria es ahorrar mucha agua, hidratarse bien. Para los campesinos, aprovisionar pasto o cualquier tipo de alimento para los animales.