La vida de Leonardo Quintero Lacouture, de nueve años de edad, se ha desarrollado alrededor de consultorios y salas de cirugía. Al momento de nacer, sufrió una hipoxia cerebral (escaso oxígeno en el cerebro) que le restó muchas de las capacidades cognitivas y físicas.
Con el apoyo de su madre, Luz Marina Vides, Leonardo ha superado lentamente sus problemas de salud, a los que se sumó una cardiopatía a los tres años y una isquemia cerebral, pero hoy su progenitora siente que la vida del menor pende de un hilo, teniendo en cuenta que desde abril del año anterior no ha recibido autorización de la EPS para realizarse los exámenes médicos necesarios para una nueva enfermedad: un tumor de 14 por 7.2 milímetros que crece en el lado derecho de su rostro.
“En abril del año pasado le empecé a notar el tumor, en septiembre lo vio la neuróloga y le mandó un test cognitivo y valoración por cardiología pediátrica, pero con el test llevo luchando para que me lo autoricen y nada”, contó la angustiada mujer.
A raíz de lo anterior, Luz Marina interpuso una acción de tutela en la que el juez falló a su favor y determinó que no debía pagar ningún tipo de copago por cada examen que se realice a su hijo, teniendo en cuenta que se encuentra en condición de discapacidad, “pero ellos (Coomeva) a eso no le dan importancia, la primera vez pagué la cita cardiológica, quieren que yo pague otra vez”, afirmó.
Según la mujer, el valor cobrado por el ecocardiograma son 38.000 pesos, mientras que cada cita con cardiología pediátrica le cuesta 10.600 pesos, por lo que exige que se tenga en cuenta la condición de discapacidad que menciona la tutela que interpuso.
Actualmente, Leonardo Quintero cursa tercero de primaria en la institución educativa San Joaquín.
EL PILÓN intentó dialogar con las directivas de Coomeva en Valledupar, pero no fue posible contactarlos.
El menor ha sufrido isquemia cerebral y cardiopatías, luego de la hipoxia cerebral.
Por Jennifer Del Río Coronell
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