Maryis Narváez, residente de Becerril, Cesar, realizó este lunes 1 de abril una denuncia pública para dar a conocer el caso de su hijo, de 14 años, quien recibió múltiples heridas tras ser impactado 7 veces con arma traumática el pasado Viernes Santo 29 de marzo.
De acuerdo con la madre de la víctima, el joven ingresó cerca de las 2 p. m. en compañía de otro adolescente de 15 años a la institución educativa Ángela María Torres Suárez, ubicado en el barrio Sourdis del municipio en mención, para tomar unos cobres de unos aires dañados que se encontraban tirados en el piso con la finalidad de venderlo como chatarra.
“La celadora del lugar al darse cuenta de la presencia de los menores, alertó a la comunidad y una persona en compañía de su hermano, ingresaron a la institución y en la huida de los niños, a mi hijo se le cayó el teléfono celular, al regresarse le pegaron 7 tiros, lo humillaron y lo tiraron al suelo”, dijo Narváez.
A raíz de los hechos, el adolescente de 14 años se encuentra internado en la clínica Medydont de Codazzi y ha sido operado dos ocasiones por sangrado interno tras ser perforado su hígado y riñón.
Los familiares del menor piden a las autoridades capturar al agresor. Ya están en el proceso de entablar la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación.
“Este tema lo estamos investigando, hay varias versiones”, dijo el secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Esquivel López, al señalar que la función y responsabilidad de un vigilante dentro de una institución educativa es precisamente evitar estos hechos.
No obstante, señaló que los menores implicados indicaron que solo entraron al lugar para “pasar el tiempo”.
Del mismo modo se pronunció el alcalde de esa localidad, Fabian Martínez, quien aclaró que la persona que presuntamente agredió al niño, que aseguró ser conocida para él, no trabaja con la administración de Becerril.
No obstante, pidió esperar resultados de investigación porque no cree que el implicado haya hecho “ese acto tan cruel”. Sin embargo, aseguró apoyar a la familia de la víctima durante este proceso.
Por lo sucedido el personal de infancia y adolescencia de la Policía Nacional realiza un trabajo colaborativo de la mano con el Instituto Colombiano del Bienestar Familiar para indagar el caso.