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‘Memorias de la Hoja’: José Arcadio López relata historias de desplazamiento      

José Arcadio López

Que los jóvenes hagan preguntas y planteamientos, sin lugar a dudas es importante, pero lo verdaderamente trascendental es que salgan de su zona de confort y conozcan de primera mano, realidades muy distintas a las de ellos mismos, es decir, ir más allá de su entorno y aproximarse al otro país, lo cual se dice mucho y se hace poco. 

José Arcadio López, samario con raíces vallenatas, a sus 27 años, presentó en el año 2021 su corto – documental en formato de cine titulado: ‘Memorias de la Hoja’, cuyo recorrido en los distintos festivales de cine, termina este año. 

Siendo alcalde de Bogotá el hoy presidente de la República Gustavo Petro, llevó a cabo un proyecto de vivienda de interés prioritario, conocido como ‘Plaza de la Hoja’, el cual buscó romper las dinámicas de poblaciones desfavorecidas asentadas la mayoría de las veces en zonas periféricas de las distintas capitales de nuestro país. 

Petro como alcalde, se la jugó en ‘Plaza de la Hoja’ con viviendas para población desplazada, ubicándola en el corazón de Bogotá. Allá precisamente, se adentró el cineasta José Arcadio López, plasmando en su obra la realidad sin libretos.

José Arcadio, se ha desempeñado en la producción y dirección de cortos documentales como: ‘55 días y medios’, estrenado en el 2018 en Cinema Paraíso en Bogotá y proyectado en el Canal Capital y periódicos como El Espectador. También ha trabajado como productor y director de videoclips para diferentes artistas. Es autor del cuento ‘Goles, son amores’, una historia de amor con el trasfondo de un partido de futbol; actualmente trabaja en la postproducción del documental ‘Gabo en Bogotá’, sobre los primeros años de Gabriel García Márquez en la capital del país. 

José Arcadio, quien por línea paterna es nieto de la vallenata Marina Gutiérrez Cabello de López, hija de Don Evaristo Gutiérrez Araújo, en su corto – documental ‘Memorias de la Hoja’ se adentra a un mundo, que muchas veces con la miopía propia de algunos sectores, se pretende minimizar; el desplazamiento forzado hacía las ciudades capitales, que vivió el país producto del conflicto interno es una realidad innegable y así lo plasma el documental.

En el conjunto residencial Plaza de la Hoja, en Bogotá, se originaron muchas de las historias del documental ‘Memorias de la Hoja’

¿Qué es eso de ‘Memorias de la Hoja’?

Plaza de la Hoja es un conjunto de edificios de vivienda de interés prioritario construidos por el gobierno nacional en un sector que podría considerarse privilegiado por su ubicación, entre la carrera 30 y la calle 19 de la capital del país. El lote donde se construyeron los edificios fue dado en la alcaldía de Petro y ha beneficiado a más de cuatrocientos cincuenta (450) familias victimas del conflicto armado. En estos edificios viven personas de todos los rincones del país que fueron golpeadas por la guerra y llegaron a Bogotá en contra de su voluntad, viviendo penurias y con la preocupación principal de no saber donde vivir, o como pagar un arriendo o como tener una vivienda propia. Gracias a este proyecto consiguieron vivienda digna y a pesar de las dificultades este espacio se ha convertido en la única expectativa de progreso con sus familias, ‘Plaza de la Hoja’ podría resumirse como un espacio de paz y dignificación.  

¿Si tuviera que describir a los protagonistas de su corto – documental, diría que, en términos de riqueza o pobreza, antes del desplazamiento eran pobres o ricos?

Como comenta uno de los personajes en el documental, ellos se consideraban muy ricos antes del desplazamiento. Tal vez no tenían la casa más lujosa, o el mejor carro, pero en el campo lo tenían todo y con eso eran felices. Hay una frase impactante de uno de los protagonistas, y la cual podría sintetizar la respuesta: “Toda la gente piensa que los desplazados somos pobres, pues la mayoría no, la mayoría teníamos muchas riquezas. Nos volvieron pobres”.    

El desplazamiento de mucha gente del campo hacia la ciudad fue una de las consecuencias del conflicto armado en Colombia.

¿Considera que estamos pifiados, cuando le damos tratamiento de pobre a quien vive en el campo?, ¿La ciudad es sinónimo de bienestar?

Yo creería que estamos equivocados. ¿Si ellos no se consideran pobres por qué habría de darles ese rotulo? Normalmente el campesino desplazado es feliz viviendo en el campo y en sus palabras lo tenían todo. La ciudad no necesariamente es sinónimo de bienestar, creo que la respuesta varia dependiendo a quién se le pregunte. En el caso del documental estamos hablando de víctimas del conflicto que estaban acostumbradas a vivir en el campo, en espacio abierto, con sus cultivos; y llegar a una ciudad en donde no volverán a tener nada de lo que tuvieron en el campo… no, no creo que sea sinónimo de bienestar para ellos.  

¿Pareciera que su documental, evidencia un Estado Colombiano que brinda paliativos a los desplazados, más no soluciones de fondo?

Sí, es uno de los problemas que trato de evidenciar en el documental. Pero el periodo de un solo alcalde no es suficiente, se necesita seguir acompañando a la población desplazada, se le debe hacer acompañamiento en distintas administraciones seguidas una de otra, sobre todo en el tema de educación y trabajo 

“El documental trata de mostrar cómo son esas personas desplazadas por la violencia, tal vez le sirva aquellos que les cuesta reconocerla”.

¿Cómo un campesino que es desplazado y solo conoce del campo consigue trabajo en una ciudad? 

Es muy complejo. Peor aún para los de la tercera edad que tienen menos oportunidades de trabajo y no cuentan con una pensión. En el momento en que grabé el documental, antes de pandemia el Estado les daba 120 mil pesos, según sus palabras para poder vivir y otros se quejaban que ni siquiera les daban esa ayuda. Si somos realistas, con 120 mil pesos no compras casi nada, se va todo o la gran mayoría en servicios públicos, ¿y para comer qué queda? El estado debería tener eso en cuenta y seguir acompañándolos en la ayuda de búsqueda de empleo o subsidios más dignos.  

¿Qué es eso de jungla de concreto y un león dormido a los que se hace referencia en su corto – documental? 

Hace referencia a la ciudad y a lo ruda que puede llegar a ser para los que vienen desplazados del campo. Llegar a un sitio en el que no conocen a casi nadie o a nadie y tratar de sobrevivir con familias mientras el gobierno de turno les trata de dar una solución, que puede ser demorada por la cantidad de desplazados que tratan de ayudar no es un asunto para nada fácil. Y mientras te dan una respuesta o algo, ¿cómo haces para buscar un sitio donde dormir?, ¿para comprar comida?, ¿para en general lo que significa tener una vida digna? Es estar a la intemperie muchas veces como en una selva, pero en este caso es una ciudad, viendo gente en la calle que tiene lo que tu no tienes o antes tenías y que muchas veces al pedir ayuda te ignoran o te miran con desprecio. 

¿Su obra se refiere al desarraigo?

Totalmente, es una de las grandes reflexiones que se hace al final del corto – documental, cuando uno de los protagonistas comenta que a pesar de estar ya establecidos en la ciudad dice: “genéticamente estamos hechos para vivir en el agro colombiano”.  

¿En qué momento el desplazamiento, realidad del país, se volvió cotidiano para unos e indiferente para otros?

Es una buena pregunta. Creo que, en los largos años del transcurso de la guerra en el país, cada generación que nacía y crecía con y noticias diarias de desplazados, muertes, tomas guerrilleras, etc, hizo que este tipo de situaciones fueran cotidianas e incluso que se viera con indiferencia. Era de alguna manera la normalidad ver noticias así todos los días. Es un poco también la tragedia de la guerra, ¿no?, creer que el desplazamiento es algo cotidiano de un colombiano, que nace y se cría en el país. Yo nací en los 90s y para mi fue normal crecer con noticias así, y por algún tiempo fui indiferente a lo que ocurría y hasta que no ocurre algo en nuestras vidas, ya sea ser victima de la guerra, leer sobre el conflicto, hablar con victimas del conflicto, ver películas, documentales, lo que sea, hasta que ese “algo” no ocurre, mi generación y las más nuevas seguirán viendo el desplazamiento como algo cotidiano. 

¿Cree que las consecuencias de la violencia se logran superar, o por el contrario son una cruz que toca cargar para toda una vida?

Yo creo que eventos tan traumáticos como la violencia en el país, sobre todo quienes lo sufrieron, es algo que no se podrá olvidar jamás. Pero eso no quiere decir que no se pueda buscar la paz, dejando ese triste capitulo de nuestra historia atrás, pero ojo, que no se olvidé lo que se vivió, pero lo más importante es que no se repita. 

 ¿Hablar de darle espacio a los jóvenes suena a repetitivo, y algunas veces se convierte en desilusión, mucho más cuando sobre todo en lo público, más de un joven tiene las mismas mañas que le hemos criticado a los viejos; en su profesión cuál es el mérito de ser joven?

Entiendo que algunos jóvenes han podido desilusionar sobre todo en lo publico, pero no considero que se tenga que generalizar. Muchos estamos con ganas de demostrar que no tenemos esas mismas mañas que se le critican a los viejos y de aportar, con los trabajos audiovisuales que hago y con la literatura. Con ‘Memorias de la Hoja’ pretendo mostrar un poco mi punto de vista del conflicto armado, que no todo es blanco o negro sino que tiene sus grises, sus matices, que hay que prestarles atención.       

¿A partir de su corto – documental, si es real que en el país existen unos nadies y unas nadies? 

Claro que existen, siempre han estado allí y han sido los que más han sufrido. Incluso debo confesar que cuando grababa el documental muchos me pedían que no saliera su rostro o su nombre. Es que no hay nada peor que no tener un espacio en la sociedad y al mismo tiempo tener miedo de muchas cosas. 

¿El campesino, o el hombre o mujer de las áreas rurales del país, pareciera nunca acostumbrarse a las selvas de cemento y al pavimento, es viable un país así?

Es muy difícil, son personas que están acostumbradas al campo y para producir en el campo. En las selvas de concreto les toca ganarse la vida y vivir fuera de su habitad por así decirlo. No es para lo que se criaron y prepararon. Pienso que lo ideal es que pudieran volver al campo y al lugar en que nacieron y se criaron.  

¿La suya pareciera ser una generación optimista y con futuro, las de más atrás, generaciones pesimistas y sin esperanzas, ve viable al país?, ¿Al colombiano le encanta no cerrar los ciclos y es masoquista con los hechos negativos de la historia reciente; será que estamos condenados a ser un país de guerrilleros y paramilitares?

Siempre veré viable el país. Mi generación tiene que construir precisamente para eso.  Yo trato de hacerlo desde los documentales que hago, como el de ‘Memorias de la Hoja’ un pequeño granito que aporto al tema de la paz y de la memoria histórica, conocer nuestro pasado para no cometer los mismos errores en el presente y futuro.  Con respecto a la segunda pregunta quiero negarme a creer que es así. Hay muchas expectativas en este gobierno respecto a lograr la paz, espero que así sea.

¿A qué se debe que a una parte del país le cueste reconocer que la violencia en las zonas rurales generó desplazamiento? 

A que no conocen la violencia, o ven solo titulares y noticias por encima. Creo que nunca se han tomado el tiempo a investigar de verdad. El documental trata de mostrar cómo son esas personas desplazadas por la violencia, tal vez le sirva aquellos que les cuesta reconocerla.

¿Dónde ver ‘Memorias de la Hoja’?

En este momento está terminando un ciclo de festivales, pero pronto tendrán más noticias para que sea vista por todos los que quieran verla. 

Vale la pena cerrar esta entrevista con José Arcadio López, con la letra de la canción con la que se identifica el corto – documental ‘Memorias de la Hoja’: “Te canto desde lejos al recordar, tus campos y tus flores tierra bella; en las noches cuando duermo siempre sueño en regresar a tu tierra que es mi hogar. Y siento que tal vez comprenderás que yo no te deje porque quisiera; cantando en esta jungla de concreto voy a estar hasta poder regresar”.

POR JOSÉ ANTONIO SOTO MURGAS/ESPECIAL PARA EL PILÓN

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