La preocupación de la comunidad a raíz de la incautación de dos mil dosis de ampolletas de fentanilo en el municipio Maicao, La Guajira, puede calmarse.
La doctora Diana Marcela Pava, médica toxicóloga, explicó a EL PILÓN que la sustancia decomisada en el departamento vecino corresponde a la forma farmacéutica del fentanilo, un medicamento que usan los hospitales habitualmente. Aclaró que no es la misma sustancia que la droga zombi, por lo que se puede dar cierta tranquilidad a la comunidad frente a la comercialización de esta última.
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“El hallazgo corresponde a la forma farmacéutica de fentanilo por desvío y uso indebido. En el país en estos momentos no contamos con fentanilo ilegal”, aclaró la toxicóloga, indicando que, a diferencia de países como Estados Unidos, hacia donde se dirigía la droga incautada por autoridades de La Guajira, en Colombia la situación es diferente ya que no se registra una producción ilegal como sucede en otras partes del mundo.
Según Pava, en ciudades como Armenia, Pereira, Cali, Barranquilla y Bogotá, se han presentado casos de personas intoxicadas con fentanilo, pero estos han sido registrados por desvío de ampollas médicas que se usan como uso psicoactivo y adulterante de drogas.
Por su parte, el médico toxicólogo Rene Urón Pinto, destacó que el medicamento fentanilo se utiliza especialmente en unidades de cuidados intensivos para la sedoanalgesia, cirugías, dolores oncológicos y otras molestias de difícil manejo. Esta sustancia es 50 veces más peligrosa que la heroína y de 10 a 100 veces más potente que la morfina, dependiendo de la calidad y la dosis. “En Estados Unidos esto es un ‘boom’”, afirmó.
“Aunque en Colombia sean pocos los casos y no se maneje de la misma forma el fentanilo, sí preocupa el aumento de esta droga y otros analgésicos como la morfina, tramadol, codeína y jarabes para la tos como dihidrocodeína a la hora de las personas drogarse”, reveló Uron Pinto.
El toxicólogo también expuso que una ampolla de este medicamento, de venta libre en farmacias, generalmente tiene un costo de $7.000 o $10.000, sin embargo, en el mercado negro donde se comercializa junto con otros componentes perjudiciales para la salud, se vende entre $50.000 y $100.000. “Tenemos un gran problema y es que no hay una restricción para este tipo de fármacos que se encuentran hasta en tiendas de barrio”, dijo René Urón.
Recordemos que desde el 2019 en Colombia se vienen conociendo usos indebidos de sustancias.