Los Mecanismos de Participación ciudadana son herramientas establecidas en la Constitución Política de 1991 con el propósito de apoyar el desarrollo y madurez de la democracia a partir de la participación de la ciudadanía en las decisiones colectivas.
Con el pronunciamiento de la Corte Constitucional en torno al proyecto de Revocatoria del Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, recobró vigencia el mecanismo de participación ciudadana de la Revocatoria de Mandato y quedó la sensación de que la Corte aprovechó la oportunidad para mimetizar el escándalo que los enloda.
La Revocatoria de Mandato fue concebida con base en planteamientos serios, sin embargo, no ha logrado sus propósitos en las ocasiones que ha sido invocada. Ochenta intentos de revocatoria han fracasado, razón suficiente para que la cuestionada honorable Corte Constitucional adelante acciones para que el mecanismo recupere su privilegio e importancia y para que el Estado no incurra en gastos inútiles, es improcedente continuar la frustración, pues hace lo mismo con los ciudadanos y los principios democráticos.
Es probable que la ciudadanía reconozca el espíritu de los mecanismos de participación ciudadana, en especial, el de la Revocatoria de Mandato, no obstante, es menester recordar que la Ley 131 de 1994 reglamentó el voto programático, este concepto es el primer elemento a tener en cuenta cuando se procura revocar el mandato a los alcaldes y gobernadores elegidos con voto popular.
Equivocan el propósito quienes utilizan los mecanismos y a la ciudadanía para revocar mandatos por simples caprichos e intereses políticos. Esos fueron los motivos inspiradores de la revocatoria en Bogotá, pues no hubo análisis sobre indicadores de gestión del gobierno.
Adelantar este tipo de procesos por diferencias de orden ideológico y por el pasado guerrillero de Gustavo Petro, concibe un escenario preciso para profundizar la polarización, quebranta el objeto del mecanismo de participación, burla a la ciudadanía y por las tardías respuestas de las instituciones que deciden al respecto torna inútil el proceso como lo anunció su promotor Miguel Gómez.
A solo nueve meses para finalizar el Gobierno de Gustavo Petro, es infructífero adelantar un proceso de revocatoria, arrojar 40 mil millones a la basura es un pecado en una nación con tantas necesidades.
Revelado el precedente es pertinente la determinación institucional, asimismo, el Control Político oportuno facultativo de los concejos municipales y asambleas departamentales, no extemporáneo ni aceitado por la proximidad de las elecciones, el análisis de los indicadores de gestión es el insumo que informa sobre el avance y cumplimiento del Plan de Desarrollo del ejecutivo en el orden territorial y es determinante para decidir invocar la Revocatoria de Mandato como mecanismo democrático.