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¡Mea culpa! Mortal champeta en Codazzi

El desconocimiento o ignorancia de la norma, no exime de la pena, aunque esta sea blanda y social.  Lo que sí contempla el ordenamiento jurídico colombiano es el reconocimiento, como atenuante a una consecuencia por una conducta infractora.

Ayer se conocieron las disculpas de los jóvenes que protagonizaron un polémico sepelio en el municipio de Codazzi, donde en medio de las honras fúnebres, los asistentes bailaron champeta frente al féretro, incluso moviendo en el mismo ritmo musical la caja fúnebre.

Los asistentes, presuntamente incluida la madre del joven, que había sido asesinado también al violar la prohibición de fiestas y parrandas en el municipio de Codazzi, violaron todas las normas de seguridad, como el distanciamiento social, el uso del tapabocas especialmente; pero ante todo, el mandato nacional que prohíbe la participación masiva de personas en los sepelios, indistintamente si es una víctima de covid-19 o no.

El alcalde de Codazzi, Omar Benjumea, se dio a la tarea de buscar a los infractores e imponerles medidas pedagógicas, la principal de estas reconocer el error y públicamente ofrecer disculpas a la sociedad. Bien por el mandatario y bien por la gallardía de estos jóvenes, que fungen como pioneros en Colombia en enviar este mensaje, para que el resto de la sociedad entienda que esta pandemia no es un juego y que los infectados se suman por millones en el mundo, hoy la cifra superó los 10 millones de contagiados.

En nuestras páginas hemos registrado bochornosos sepelios: motociclistas en Valledupar; Distracción, La Guajira; Malambo, Atlántico, amén de las fiestas de más de 500 personas con consumo de licor y quizá drogas incluidas en Cali; las fiestas que se siguen presentando en poblaciones del Atlántico, un grupo de personas de Soledad se llevó a una mujer que murió por causas respiratrorias en una IPS, pero nadie había pedido perdón públicamente como los jóvenes de Codazzi en mensaje al país.

Hoy ya hemos superado los 1.000 casos de contagios probados, y es fácil presumir que hay, según la norma internacional, hasta 4 veces más, no detectados aún, por la cobertura limitada de las pruebas y que éstas no se hacen y dan resultado en tiempo real por el rezago y las confirmaciones técnicas del protocolo.

El Cesar ayer domingo registraba 81 nuevos casos -54 de ellos en Valledupar- para un total que alcanzaba 947. Valledupar 594, Codazzi 73, Bosconia 50, Aguachica 39, González 29, La Paz 24, El Copey 25, Río de Oro 16, La Gloria 14, Curumaní 14, San Martín 12, San Diego 11, Chiriguaná 8, La Jagua 6, Chimichagua 4, Becerril 3, El Paso 4, Gamarra 3, San Alberto 2, Pailitas 1, Pelaya 11, Pueblo Bello 1 y Tamalameque 1.

En Codazzi se informó que el querer del fallecido era que su sepelio se celebrará con la música que lo movía; en otros casos la emoción ha llevado a gestos de abrir los féretros de muertos por la peste, y hay cultos supersticiosos a la muerte, culturas arraigadas, angustia, miedo y desespero por la situación de cuarentena y control. Hasta se interpreta, en nuestra costa, como influencia  de viejas prácticas recicladas en lo urbano y mezcladas de santería isleñas, ‘vudismo’, influencia mexicana de culto al muerto;  en fin pura ‘magia del caribe’.

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