Aguanté hasta el mediodía del jueves para comenzar a escribir este artículo, esperando una noticia impactante, pero nada, nada nuevo. A esa hora no me había aplicado la 2a dosis de la vacuna porque estaba programada para las 2 de la tarde; hoy estoy felizmente vacunado y ahora sí a esperar hasta el 30 de este mes para quedar inmunizado en un 90 %, y si corro con la mala suerte de infectarme, sufriría el ataque del bicho de forma benigna, que casi seguro que no me mataría porque ya tengo las defensas inmunológicas altas (¿será esa la palabra correcta?), capaces de enfrentarlo como consecuencia de haber recibido las 2 dosis ‘vacunarias’ (palabreja que creo que acabo de inventar).
Así las cosas, mi EPS Sanitas ha cumplido con el programa de vacunar a los de 90 en adelante, 80, 70 y comenzará a hacerlo, si no lo está haciendo, con los de 60 para abajo en las magníficas y cómodas instalaciones del barrio Las Flores, construidas por los urbanizadores villanueveros, arquitectos Jaime y Juan Orozco Orozco, como un aporte más al desarrollo acelerado de esta ciudad.
Felicitaciones a los directivos de Sanitas, primero a la paisana y parienta villanuevera María Rosa Lacouture, directora regional de la costa Atlántica, de la cual dependemos, y segundo a la directora local, María José Murgas, al personal médico y a sus asistentes, y a los empleados en general por el magnífico desempeño en la aplicación de la vacuna. De verdad, hasta ahora se han lucido, cero quejas, ojalá lleguen así hasta el final.
Me gusta la idea, me agrada la noticia de que el gobierno del presidente Duque ya comenzó a tramitar la iniciativa de permitir la comercialización de la vacuna, ojalá esa tramitología no requiera de tantos requisitos y de mucho tiempo para verla hecha realidad cuanto antes, y ver a los poderosos ricos de este país comprar la vacuna para sus familias y empleados; el que no quiera esperar, que la compre si tiene cómo y el que no tenga para eso está el Estado, para vacunarlos como lo ha venido haciendo.
Eso es así, es lo mejor, aunque ya la feroz e irracional oposición política diga que es discriminatoria y muchas vainas más. Ya veo a todos los magnates de este país comprando vacunas y aplicándoselas a su gente, especialmente el filántropo barranquillero riohachero Cristian Daes, de quien espero que de un momento a otro intervenga en política y diga que tiene ganas de ser presidente, porque ejecutivos como él es lo que Colombia necesita para dar el paso hacia el desarrollo, y aquí en Valledupar ver a Toño Maya hacer lo mismo, para ser alcalde, porque yo sé que ganas no le han faltado, pero los que tienen que animarlo y empujarlo, por miedosos, lo que hacen es desmotivarlo.
La ayuda que el sector privado le puede prestar al país vacunando a su gente es grande, son millones de personas, y así, a finales de año, Colombia dé al mundo otro gran ejemplo de solidaridad con los venezolanos, vacunando a todo el que llegue con las vacunas que le puedan sobrar. Desocupadas las EPS que como Sanitas lo han hecho muy bien, el Gobierno puede utilizarlas y aprovechar sus experiencias para seguir vacunando y terminemos, no en el 2024, como creen los pesimistas sino a finales de año, como creemos los optimistas.
ADENDA: Sigue el caos vehicular y las calles convertidas, ahora que hay pocos huecos, en pistas de carreras. Los semáforos siguen sin funcionar, ante el mutismo del secretario Daza. ¿Qué pasa, los dañaron y no sirven más o hay negligencia? La ciudadanía espera una respuesta. No es por joder, es que quiero que se luzca.