Quién lo creyera: ¡increíble! No fui al Festival Cuna de Acordeones después de haberlo promocionado y ayudado con mi colaboración intangible, pero tangible, pero de poco valor material porque no fue en kankil. ¿La razón? Me esñengué y así esñengao, con la cadera vuelta un ñengue casi no podía caminar; todos los que fueron, extrañados me preguntan sobre mi ausencia y me dicen que me perdí de un buen espectáculo, muy bueno. Me dolió no haber visto y escuchado a Alfredo, Poncho y Jorgito.
Fue lo anterior, doctor José Félix, por la cual no pude acompañarlo, pero le mandé a mis cuñados Carlos y Álvaro Morón Cuello, que con ellos basta y sobra; por eso doctor Rodrigo Dangond no estuve presente en el lanzamiento de su libro “Con Sed de Justicia”, pero delegué mi presencia en la medio pendejaita de Toño Murgas, que es bastante. Espero leerlo y espero que me lo envíe autografiado y si no tiene como pagar el envío, yo pago aquí; por eso mismo mi estimado pariente Jaime Lacouture no pude saborear su compañía y un Old Par, pero también delegué en mi hermano Rafael Silvestre Antonio Aponte Martínez con capacidad etílica ilimitada.
Felicitaciones al presidente Pepe Félix y demás miembros de la Junta Directiva, Luis Felipe Ovalle, Pangue Maestre, Liliana Socarrás Baute, Dilia Fernández de Baleta, José Jaime Vega, John Montero y Wilfrido Acosta, quienes demostraron que “querer es poder” y le brindaron al pocón de gente que fue un delicioso banquete musical y folclórico adornado con ricos postres que en Villanueva son los dulces de donde la única Cecilia Corrales. Se me olvidaba, felicitaciones a Poncho Zuleta que estuvo en todas partes repartiendo abrazos y besos y me pregunto extrañado: ¿Emiliano qué se hizo, qué pasó con él? Que le estará pasando al pobre Mile.
Felicitaciones y agradecimientos a los amigos villanueveros que conformamos el Chat Cuna Acordeones Valledupar, fueron unas hormigas arrieras o abejas incansables con Pepe Jiménez, Isaías Celedón, Fermín Ovalle, Silvestre y Nelson Martínez Peñaloza, Arnoldo López, Rosendo Romero, Karen Orcasitas, Macglioni Botello, Malena López, Paulo Movilla, Hernán Quintero, Wilfrido Peñaloza, Jaime Maestre, Arialdo Jiménez, Luis Carlos Mendoza, José Mendoza Dangond, Eric Mancilla, José Robles, Edwin y Alberto Murgas, Víctor Habib, Iván, Luis Ángel y Álvaro Bolaño, José Carreño Bolaño, Jesualdo Acosta, José Ángel Churio, Isaías Molina, El Chijo Orozco, Jaime Celedón, Víctor Olivella, Everardo Armenta, Ciro Campo, El Tene, El Negro Rodríguez, Oswaldo Díaz, Álvaro Mattos, Hernando Amaya, Jesualdo Borrego y José Calixto y mi bella prima Sara, linda como todas las Saras de mi familia, si falta alguien, es porque no se reportó.
Pero bueno, sí saludé a Santo Tomás y dormí en Villanueva y saben qué, no me bañé, no había ni gota en la pluma y al mejor estilo pastuso me lavé la cara y me fui para el mercado o lo que queda de ese sitio, que vergüenza, que abandono, se me salieron las lágrimas y recordé a Emigdio y Miguel Celedón a Víctor Elías Olivella, a Chuba García, a Guillermo Meza Dangond, Juancho Castro y a la única mujer, la incansable y ejemplar Carmen Crucita, que para esa época cortaban y vendían 10 reses. Hoy solo hay una que vende unas cuantas libras. Alcalde pásese o más bien pare en La Paz cuando vaya para El Valle y copie lo que hicieron los pacíficos con su mercado y haga algo parecido.
Nan Baquero, hay que decir lo bueno y lo malo de las administraciones para que lo segundo lo corrijan.
José M. Aponte Martínez