Según las investigaciones adelantadas por el Consejo Mundial de Energía, socializadas en Estambul en el año 2016, los sistemas de suministro de energía a nivel mundial se encuentran en un punto de inflexión, debido a la reducción en el uso de los combustibles fósiles, en consecuencia las decisiones que tomemos hoy afectarán a nuestras vidas durante varias décadas.
El Consejo Mundial de Energía con fundamento en su misión de promover el uso sostenible de la energía, exhorta a los países a atender los siguientes interrogantes: ¿en qué nuevas oportunidades, tecnologías, recursos e infraestructuras podría invertir para gestionar la demanda a largo plazo? ¿Cómo podría hacerlo de una forma sostenible?
La humanidad actualmente convive con una realidad temeraria caracterizada por el Cambio Climático. Esta situación invoca el uso de las nuevas tecnologías para la generación de energía, a partir del aprovechamiento de los recursos naturales. El crecimiento de la población mundial es otra tendencia inherente con los procesos de generación de energía, en virtud de solución a necesidades como el Transporte eléctrico y el Transporte hibrido, que deberán sortear las ciudades hacia el año 2050.
Los interrogantes planteados por el Consejo Mundial de Energía, están circunscritos con la realidad energética de Colombia. Actualmente, el 70 % de la energía proviene de las hidroeléctricas, porcentaje afectado por los fenómenos climáticos que terminan ocasionando largos periodos de sequía causados por el Fenómeno de El Niño, asimismo, identificando riesgos de apagones como el materializado en 1992. Estas circunstancias determinan que Colombia está obligada a repensar sus procesos de generación de energía, migrando hacia Fuentes No convencionales.
La transición hacia las Fuentes No Convencionales de Energía, implica el diseño de un plan con visión de largo plazo (2040) relacionado con los compromisos asumidos por el país en el COP 21 y con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número siete. Asimismo, para enfrentar el desafío que impone el trilema energético: Seguridad Energética, Igualdad Energética y Sostenibilidad Medioambiental. El desafío es factible, Colombia posee ventajas comparativas en materia de Recursos Energéticos No Convencionales, particularmente solar y eólica. El año anterior, el IDEAM y la UPME, promocionaron los mapas solar y de viento, considerando todas las posibilidades para subirse a ese tren de desarrollo tecnológico y de beneficio ambiental.
Respecto a los costos para implementar este tipo de proyectos, el último informe de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), New Energy Outlook 2016, plantea una visión de largo plazo sobre la evolución de los mercados de energía en el mundo. Los costos de la energía eólica terrestre caerán según los pronósticos en un 41 % y los costos de energía solar fotovoltaica disminuirán en un 60 % para el 2040. El mismo informe determinó que hacia 2040, el 60 % de la capacidad mundial de energía provendrá de fuentes de energía no contaminantes; siendo las tecnologías eólicas y solares las que se convertirán en las formas más baratas.
En el país la implementación de proyectos de generación de energía con Fuentes No Convencionales, es incipiente, no obstante, el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas, para Zonas No Interconectadas, ha venido impulsando el uso de energías renovables en las localidades apartadas sin servicio de energía. La experiencia forjada en este ejercicio faculta al instituto para liderar la reconversión de diversificación del cambio de la Matriz Energética en Colombia.
Por Luis Elquis Díaz
@LuchoDiaz12