Por: Basilio Padilla
Mucho se ha discutido sobre este tema, a raíz de las intenciones del gobierno de reorganizar los recursos económicos producidos como resultado de la explotación carbonífera a nivel regional. El argumento del gobierno es que estos recursos son nacionales y la corrupción local no se ha podido controlar. El primer argumento es parcialmente verdadero y el segundo es cierto.
La participación nacional debe ser un porcentaje racional que a largo plazo también nos beneficie en lo que se refiere a las transferencias de la nación a las regiones. En el argumento de la corrupción los números corroboran con todo acierto que los gobernadores y alcaldes de las regiones, especialmente en nuestro departamento, han utilizado los recursos de las regalías para satisfacer los bolsillos menores de ellos y sus familiares.
Las ejecuciones presupuestales de los gobiernos territoriales, reportadas por el Departamento Nacional de Planeación, DNP, indican que las regalías del gobierno departamental pasaron de representar el 8.5% de sus ingresos totales en el año 2000 al 25.8% en el 2005, los cuales en el Cesar representan el 3% del PIB departamental. El decreto 416 de 2007 establece que los departamentos deben destinar 60% de estos recursos a proyectos de inversión orientados a alcanzar y mantener las coberturas en agua potable, alcantarillado, educación, salud y mortalidad infantil hasta alcanzar coberturas mínimas en estos campos.
Con el decreto 1747 de 1995, se establecieron las coberturas mínimas como 70% en alcantarillado y agua potable, 90% en educación básica, 100% en salud a la población pobre y 1% de mortalidad infantil máxima. Por supuesto, nada de esto se ha cumplido y se presenta la situación que en el 2005 en materia de alcantarillado en el departamento del Cesar, 20 de los 25 municipios no alcanzaron el nivel mínimo exigido por la ley.
En cuanto a la mortalidad infantil los números son tan desalentadores que las tasas de mortalidad van de 40% hacia arriba. Paradójicamente, es en los mismos municipios productores de carbón donde se encuentran los mayores problemas y los estándares más bajos en cuanto a salud, agua potable, alcantarillado y pavimentación de los pueblos, donde muchos de sus habitantes comentan que antes de la explotación de carbón se vivía en mejores condiciones ya que por lo menos la contaminación no era la que se vive en estos momentos.
Recuerda esto a la época del boom del petrolero en Venezuela donde en las regiones donde se explotaba más el crudo, las gentes vivían en casas de cartón. El despilfarro ha sido enorme y la abierta especulación de algunos mandatarios locales ha sido difícil de creer.
No se han hecho inversiones ni en la prevención directa de los problemas ambientales y de salud que son los más urgentes, especialmente en la población infantil. Las enfermedades respiratorias abundan es estas áreas, pero sus habitantes no tienen ninguna alternativa, sino seguir sufriendo las consecuencias de la lluvia torrencial de partículas menores que eventualmente llenan los pulmones de materiales extraños y las personas terminan el resto de sus vidas con un tanque de Oxigeno en sus hombros.
Con todo esto en mente, el gobierno nacional ve una gran oportunidad de participar en estas riquezas locales a mayores porcentajes y así poder sanear un poco la deuda externa y al mismo tiempo ayudar a otros municipios pobres que no cuentan con ninguno de estos recursos.
El problema es que nadie podría garantizar que la corrupción en el manejo de estos recursos solo cambie de sede, de caimanes menores a cocodrilos insaciables a nivel nacional, ya que estos vicios no solo suceden en nuestro departamento sino también en toda la nación. Los ministros de hacienda y planeación ya presentaron sus proyectos al congreso y realmente, a pesar de todas nuestras inquietudes y a pesar de toda la angustia de los mandatarios regionales y buenos ciudadanos, no habrá mucho que hacer ante un gobierno que ostenta unas buenas coaliciones políticas y que en efecto se ve como actuando para ponerle freno a la corrupción y despilfarros regionales.
Amanecerá y veremos cómo quedara la ley al final de toda esta discusión, lo lamentable seria que al cesar solo le queden los desastres ambientales, los enfermos y la historia triste de que tuvimos la oportunidad de tener un departamento prospero pero los elementos de la corrupción no lo permitieron.