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Más que una tarjeta, un paso hacia la modernización

Con la puesta en marcha de la modalidad de tarjeta electrónica, para el pago del servicio de transporte público masivo en Valledupar, esta ciudad comienza a dar pasos hacia la modernización de este componente que es propio de las grandes capitales.

Esto era necesario y se estaba en mora de hacerse, pero no es solo eso, esta iniciativa del SIVA debe mirarse y recibirse como el inicio de un proceso que apenas está en su etapa inicial, el cual debe avanzar lo más pronto posible para que cumpla con muchos de los propósitos que se persiguen con el Sistema Estratégico de Transporte Público de Valledupar, SETP.

Se necesita que se culmine con la dotación ciento por ciento del parque automotor, se adecúe la infraestructura vial, se construyan y se optimicen los paraderos de buses, la estructuración de un completo plan de rutas que abarque a todos los sectores del perímetro urbano, parqueaderos y talleres para un eficiente mantenimiento y revisión de los vehículos, labor indispensable para el buen funcionamiento de los automotores.

Como hemos dicho en reiteradas ocasiones, se trata de una apuesta integral de ciudad que incluye infraestructura física, arquitectónica, urbanística, mecánica, tecnológica, económica, laboral, voluntad política, decisiones gubernamentales, apoyo del sector privado y demás instancias de una sociedad que habita a esta capital considerada en vía de desarrollo. Al parecer el sistema ya habría alcanzado los 20.000 viajes dia, lo cual a poco tiempo de su implementación es un éxito .

Por encima de todo esto está el factor humano, el comportamiento ciudadano es fundamental para que este tipo de proyectos se constituyan en un verdadero ejemplo de movilidad, tanto para usuarios como prestadores del servicio. Por ello consideramos pertinentes el desarrollo de una ambiciosa estrategia de cultura ciudadana, de la que tanto se ha hablado, pero sin resultados significativos hasta la fecha.

Será imperioso que esa estrategia de cultura ciudadana involucre a todos los medios de comunicación de la ciudad, con mensajes persuasivos, pero también con una comunicación asertiva y directa para que todos la asimilen y la pongan en práctica.

Infaltable la capacitación y formación de conductores y ciudadanía, unido a ello está el personal que integran los reguladores de tránsito y de policía, todos tendrán que hablar el mismo idioma en el que deberá imperar la cultura del respeto a las reglas y conductas que exige la movilización en la vía pública.

Por supuesto que habrá de requerirse acción contundente de control por parte de las autoridades, lo cual debe ser posterior a unas fases pedagógicas y de mucha socialización que haga participe a todo tipo de población, que la gente se acostumbre a pensar y sentir que ese proceso es suyo, que le pertenece y que solo apunta al bienestar colectivo e individual.

No hay que olvidar lo importante que resulta para la buena imagen de una ciudad un eficiente y oportuno servicio de transporte público, pero más relevante aún es el comportamiento en la calle de su gente, eso hablará mucho del factor humano vallenato.

Categories: Editorial
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