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Más Gilmas, menos Merlanos

Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO

La muerte de la Senadora Gilma Jiménez nos tomó a todos por sorpresa, se veía tan activa y llena de vida para luchar por su gran pasión,el servicio público. Su partida deja un gran vacío en la política colombiana, bastante desprestigiada por culpa de personajillos que la han tomado para enriquecerse y satisfacer sus egos de poder. Gilma era una mujer distinta,representaba exactamente lo contrario y a pesar de su corto tiempo en el Congreso, comparada con otros, como Roberto Gerlein, que tienen buen discurso, mucho tiempo y pocos hechos, esta mujer ofreció resultados contundentes en temas tan sensibles como la lucha por los derechos de los niños y la igualdad de la mujer.

Fue una mujer férrea en sus conceptos, que se hizo a pulso y no concebíaque el gobierno pudiese dialogar con un grupo guerrillero que reclutaba niños; incansable en la lucha por sus objetivos, como el muro de la infamia para exhibir abusadores de menores, que luego tumbó la Corte Constitucional y prohibir las chiquitecas que se convertían en el inicio de los niños en la droga y la prostitución. En cualquier rincón del país, donde se presentara el maltrato a un menor, ahí  estaba, pronunciándose de forma vehemente, para hacer entender que no solo es responsabilidad de los violadores, también de una sociedad cómplice que no denuncia y que muchas veces acolita el maltrato a menores, e incluso padres que obligan a trabajar a sus hijos para descargarse laboralmente. Su capacidad de servir eraenorme y le valió el reconocimiento de mejor funcionaria pública del año 2000, desde que se inició, bajo la batuta de Enrique

Peñalosa, como directora de bienestar social del distrito, mostrósu gran talante político,idóneo para transformar la función pública y se fue perfilando para llegar al concejo de Bogotá, donde generó debates importantes, lo que la llevó a ser reconocida por el periódico El Tiempo, como personaje del año en 2009; luego pasó al congreso logrando la segunda votación del país,salvó al partido de verde de un descalabro en la lista y dio inicio a la ola verde, porque sin ella no se hubiese logrado alcanzar el umbral, y acabópor asumir el liderazgo de la colectividad junto a Sergio Fajardo, después de que sus tres fundadores Mockus, Peñalosa y Lucho tomaran caminos diferentes. 
Su gran apuesta fue la prisión perpetua para quienes cometieran delitos atroces contra los niños, recogió más de 2 millones de firmas con este propósito, pero por fallas de trámite la Corte Constitucional lo devolvió al congreso donde se hundió;sin embargo, Gilma no se rendía y acudió a tribunales internacionales para seguir dando la batalla. Esperemos que su legado continúe y en honor a su memoria este logro se consolide algún día por el bien de la niñez de Colombia.Ahora síentienden porque titulo mi columna Más Gilmas, menos Merlanos.  

Twitter: @JACOBOSOLANOC

 

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