Los problemas de salud mental ya eran considerados una carga a escala mundial en 2019, año en que la depresión fue la segunda causa principal de discapacidad y la ansiedad ocupó el octavo lugar, siendo los tipos más comunes de trastornos de salud mental. En ese mismo año, más del 80 % de las afectaciones recayeron en las personas entre 16 y 65 años, la edad laboral primaria.
Sin embargo, la pandemia por covid-19 generó un fuerte impacto en la salud mental, lo que causó que la situación empeorara, según la revista ‘The Lancet’, la cual publicó la primera estimación global de la carga en salud mental ocasionada por esta crisis.
Dichas investigaciones analizaron 5.638 estudios publicados entre enero de 2020 y enero de 2021, encontrando que la situación incrementó de forma drástica, con cifras de 53,2 millones de casos adicionales de trastornos depresivos mayores y 76,2 millones de casos nuevos de ansiedad en comparación con 2019.
No obstante, las poblaciones más afectadas han sido la juventud y las mujeres, con millones de casos adicionales de ansiedad y depresión. La causa de este aumento entre mujeres podría derivarse de las precarias condiciones económicas a las que se enfrentan, más la violencia de género que se incrementó durante el encierro.
Es por esto que el estudio argumenta que la salud mental es un derecho humano, y las personas de todos los países y de todos los niveles de ingresos merecen acceso a recursos de tratamiento y prevención.