En las últimas semanas, hemos registrado en las páginas informativas de este diario un agravamiento en distintos problemas que afectan al centro de Valledupar. Un aumento en el número de vendedores ambulantes en algunas calles y carreras, una mayor congestión del tráfico vehicular, tanto de motos como de automotores, y algunos fenómenos de inseguridad verdaderamente preocupantes, principalmente en horas de la noche.
Los centros de las ciudades son un tema particular y complejo. Por ser zonas de trabajo y comercio, principalmente, parecieran no tener dolientes, cuando debería ser todo lo contrario, el centro de la ciudad es asunto de todos: de los comerciantes, de los consumidores, de los funcionarios públicos, de los usuarios de la zona bancaria, etc.
Es necesario que las autoridades aumenten y establezcan más y nuevos controles en el centro. La administración municipal, en coordinación con la Policía Nacional debe articular programas y tareas para atender los problemas del centro. La secretaría de Tránsito, por ejemplo, debe adoptar más controles y ayudar a la descongestión y a facilitar la movilidad: hoy vemos que algunos motociclistas siguen haciendo de las suyas, transitan en contravía, se suben a los andenes y andan sin cascos ni chalecos y se les atraviesan de manera suicida a los automóviles.
A su vez, la Secretaría de Gobierno, debe realizar tareas de recuperación y control del espacio público y brindar, con la colaboración de la Policía Nacional y otras entidades del gobierno central, mejores condiciones de seguridad a las personas que tienen que visitar este importante sector de la ciudad. En la noche hay que calles por las cuales no se puede transitar a pie.
Se requieren medidas efectivas y permanentes para evitar la proliferación de vendedores ambulantes que deciden invadir el centro, a cualquier costo, bajo el pretexto del derecho al trabajo, pero afectando al comercio legal que es el que, en últimas, paga impuestos, genera empleo formal y puede dar garantías de calidad sobre los productos que ofrecen a los consumidores.
En este sentido, es fundamental la colaboración del comercio organizado, de Fenalco y de la Cámara de Comercio de Valledupar. Son los comerciantes formales los primeros llamados a hacer respetar el espacio público, dando aviso a las autoridades de cada caso de invasión con ventas ambulantes de comidas o de minutos de llamada a celulares.
Creemos necesario un aumento en el pie de fuerza pública, en particular de la policía en el centro de la ciudad para combatir la pequeña delincuencia; quizás sea necesario volver al policía de la esquina con el fin de garantizar la tranquilidad de peatones y consumidores, y de los residentes de la zona que hoy están siendo víctimas de robos y atracos en sus casas.
En el mismo sentido, sería conveniente que los funcionarios de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, acompañados de la respectiva autoridad de policía, ejercieran un control ante el aumento del contrabando que se presenta en contra de la producción nacional y de las importaciones legales, con el debido pago de los respectivos aranceles y demás impuestos.
En todos estos temas: movilidad, seguridad, recuperación del espacio público y lucha frente al contrabando, se requieren acciones coordinadas de distintas entidades del estado para garantizar a todos los habitantes de Valledupar contar con un centro en el cual se sienta el principio de autoridad y se imponga el orden. El centro es un asunto de todos y su buen funcionamiento y administración debe ser un tema prioritario para las distintas secretarías municipales, la Policía y el comercio organizado. No dejemos que se siga deteriorando el centro de Valledupar, que es la cara principal para muchos turistas y otro tipo de visitantes.