Guardo un profundo respeto por estos dos oficiales de carrera. El primero, coronel Faiber Martínez J., actual comandante del departamento de Policía Cesar, y el segundo, Jorge Urquijo, actual subcomandante operativo. Estos oficiales son garantía de eficiencia, capacidad, empeño, seriedad, fuerza, vigor, tesón y voluntad.
Vienen realizando grandes esfuerzos para hacer de Valledupar un lugar seguro. Una ciudad donde puedan vivir tranquilos sus habitantes, sus niños, nuestros padres y todas aquellas personas que queremos. No es fácil, pero estas son sus metas. La colaboración que le prestemos a la policía es una de las condiciones fundamentales para su logro.
Puedo decir que la mejoría de los índices de seguridad es notoria, sobre todo en el centro de la ciudad, sin embargo, la inseguridad en otros sectores continúa en estado crítico. Por eso hago un llamado muy respetuoso a los vallenatos para que rodeemos y respaldemos a nuestra policía.
Quiero aprovechar este reconocimiento que le hago a mis amigos coroneles Martínez y Urquijo para solicitarles con todo respeto en estos momentos de dolor y tristeza que atraviesa la ciudad por el asesinato de la periodista Nimia Peña Pedrozo de manera vil, canalla e infame, que se apersonen para esclarecer los hechos hasta llegar a sus últimas consecuencias y dar con el paradero de sus asesinos. Aprovecho para solicitar a los jueces sinvergüenzas que dejen de otorgar el domicilio por cárcel a estos facinerosos. Señores jueces, de esta manera no se debe hacer dinero.
Por eso la mejor estrategia con nuestra policía es el trabajo conjunto, entre ellos la comunidad y así lograr que la policía siga siendo la amiga y aliada de nosotros. Son ellos la garantía de seguridad y convivencia, de allí la importancia que entre ella y la comunidad existan relaciones estándares de legitimidad y transparencia. Siendo tan importante la colaboración ciudadana para la seguridad, cabría preguntarse ¿cuán cerca o lejana está la meta de construir una cultura de colaboración de nuestra ciudad? Lo que equivaldría cuán colaboradores son los vallenatos hoy en el ámbito social –comunitario.
Por eso invito a los vallenatos a construir una alianza entre todos para recordarle a los colombianos una ruta en la que Valledupar tendrá que ser un ejemplo de transformación y en la que nos falta un gran esfuerzo final que nos convertiría en el modelo definitivo de sociedad que pasa del dolor a la esperanza para convertirse en una ciudad habitada por la vida. Para terminar de agradecerles a los coroneles Martínez y Urquijo que han venido luchando para garantizar nuestra tranquilidad y en la que se han ganado un espacio grande en el corazón de los vallenatos.