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¡Marica!

Esta semana se celebró otro aniversario del orgullo gay y vuelve al debate un tema considerado tabú para muchos y del cual se prefiere no hablar, en una sociedad oscurantista, movida por la doble moral y cómplice de ataques a una comunidad históricamente catalogada como del demonio. En los años 60, la homosexualidad era clasificada como una enfermedad mental, años más tarde la ciencia aclaró que hace parte de la vida y el normal desarrollo de las personas. Es un tema que polariza y divide. En mi cuenta de Twitter, por enviar un mensaje de respaldo, recibí varios trinos calificándome de marica y que necesitaba ir donde un psicólogo para curarme. ¿Marica es un insulto? Para un grupo de fanáticos extremistas sí, en Colombia y más en la región Caribe, donde la idiosincrasia nos orienta desde niños a discriminar a los homosexuales, el término es utilizado para agredir, burlar o humillar a un hombre y minar su credibilidad, o machorra a una mujer si es lesbiana; para ellos la homosexualidad es lo peor que le ha pasado humanidad, una condición más despreciable que un asesino, que el corrupto que se roba el erario, que la madre que abandona a sus hijos: “Prefiero tener un hijo ladrón, que marica”, es una expresión común que nos toca escuchar de estos barbaros, propia de la ignorancia y de la inconciencia que hacen parte de la raza humana e inducen a juzgar al otro por cualquier cosa, máxime por sus preferencias sexuales, pero el machismo no es exclusivo de los costeños, en Medellín, un tipo de apellido Arboleda, con pose de supermacho paisa, fue al cerro Nutibara, bajó y picó una bandera multicolor del orgullo gay izada por la Alcaldía, porque le dio la gana, argumentando irrespeto a su tierra; también en la civilizada Barcelona, un tío español, aún más machote, sin explicación alguna, agredió a un gay en un McDonald por la forma de vestir. Ambos, el paisa y el español, quedaron expuestos como lo que son, intolerantes capaces de cualquier cosa con tal de mantener el “orden” en la raza humana, como intentó Hitler ¿Se han puesto en los zapatos de estas personas que a diario se ven sometidas a toda clase de ataques en cualquier lugar? ¿Es justo ese trato? ¿Qué dicen los mandamientos en cuanto al prójimo? Y otra pregunta más practica ¿Quién vive mejor: el gay que ama y disfruta su vida, es tolerante, no agrede a nadie o el que discrimina, ataca, vive lleno de odio y amargado, sin poder controlar sus impulsos cavernarios y utiliza a los niños para defender su tesis?

La sociedad sigue dividida y hay quienes piensan desde el rechazo, pero también estamos los que pensamos desde la tolerancia. Me generan un sentimiento de pesar las personas que discriminan, porque piensan que están logrando algo al insultar y no se dan cuenta que se agreden ellos mismos, se exponen ante una sociedad que en sus nuevas generaciones está evolucionando, solo miremos a Brasil, 3 millones de personas en Sao Paulo salieron a decirle al retrógrado de Bolsonaro que la diversidad existe y que es imparable. Los fanáticos extremistas seguirán ahí, pero cada vez serán menos, necesitarán ayuda para limpiar sus corazones llenos de odio, que lo único que promueven es violencia. Por mi parte si alguien cree que me insulta al decirme marica se equivoca, por eso decidí retuitear el mensaje y así, visibilizar la intransigencia y la bajeza de aquellos que se esconden en una cuenta falsa. @JACOBOSOLANOC

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