En el libro las confesiones de ‘Jean Jacques Rousseau’ me sorprendieron dos datos curiosos de este famoso pensador que aportó mucho a la democracia moderna, el primero ocurrió durante su permanencia en Italia donde se atrevió a comprar una menor para satisfacer sus apetitos sexuales y el segundo el abandono de sus hijos; sin embargo, el gran escritor suizo cuando le intentaban cuestionar sus actos respondía en forma concluyente que no se le debe prestar atención a su vida, solo a lo que piensa.
Estas contradicciones o diríamos este gran descaro del respetado Rousseau me recuerda a muchos promotores de la marcha de hoy 1 de abril, no solo promotores de talla nacional, también tenemos cínicos en el Cesar y en Valledupar que creyéndonos tontos saldrán gritando no contra la corrupción en general, solo van a dar unos discursos contra el presidente Santos.
Es cierto que este gobierno tiene muchas cosas que explicar y en una columna anterior escribí las razones por las cuales el señor Juan Manuel santos debe renunciar, pero los actos de varios líderes de la marcha no son buen testimonio de una lucha contra la corrupción.
En el caso del exprocurador Alejandro Ordoñez, la nulidad de su elección revela cómo hizo uso de su cargo para ofrecer burocracia a quienes intervinieron en su designación, violando lo plasmado en el inciso 2 del artículo 126 de la Constitución Política, esto es lo que comúnmente se llama el “yo te elijo, tú me elijes”, practica corrupta que se extendió a todas las ramas del poder público y que tanto daño le hace a nuestro país; pero el señor tomará las banderas pisoteadas de nuestra querida patria para lanzar un clamor inmaculado pidiendo la cabeza de los corruptos, señalando hacia el frente, sin mirar la sentencia del Consejo de Estado que como el filo de la guillotina decapitó su poder en el Ministerio Público.
Los del centro democrático con megáfono y la imagen del sagrado corazón de Uribe al singular estilo fanático de Paloma Valencia, se tomarán las calles para hablar de la dictadura y mamertos; pero no dirán nada de falsos positivos, de la zona franca de los hermanos Uribe Moreno, no se escuchará nada de Agro Ingreso Seguro, silencio absoluto sobre las chuzadas; no habrá pronunciamientos sobre Daniel García Arizabaleta, ex director de Invias y miembro del comité político del Centro Democrático, involucrado también en el escándalo de Odebrecht, por lo que ha tenido que declarar varias veces ante el Consejo Nacional Electoral por la investigación que le adelantan a la campaña de Oscar Iván Zuluaga, quien también está cuestionado en todo este asunto en compañía de su hijo David Zuluaga, estos dos últimos procesados también por el caso del hacker.
Y en Valledupar marcharán políticos rancios, anacrónicos, algunos cargando sanciones de la Procuraduría a sus espaldas y muy activos en twitter, pero allá irán y al buen estilo roussoniano no importarán sus actos, solo debemos escuchar sus discursos plagados de más politiquería y cinismo, sin alternativas concretas para salir de esta crisis, creyéndose ser ellos la solución de nuestros problemas sin ser solución de nada. Ese desfile del 1 de abril será la ocasión para mirar a muchos y señalarlos como parte de este cáncer y recordar que la corrupción no nació en este gobierno, es una herencia que cada cuatro años recoge y se apropia el sucesor de otro corrupto.
Por Carlos Andrés Añez Maestre