Es un placer felicitar a Valledupar por su manifestación que de no ser por provocaciones y un grupo pequeño de desadaptados podría haber sido la ciudad con la marcha #21N en completa normalidad. Pero no fue así.
La caminata fue visiblemente masiva, participativa, artística, enérgica, sentida. Dejó claros los mensajes en contra de los proyectos de reforma, de la corrupción en todas sus manifestaciones, en contra de la violencia. Transitó bajo un inclemente sol y cumplió con lo pactado y comunicado por sus organizadores 24 horas atrás a los medios de comunicación.
Pero este medio de comunicación, que hizo presencia desde su punto de partida, en cada uno de sus plantones, y las pruebas están en nuestras páginas de hoy y redes sociales, debe decir que las provocaciones de un grupo de jóvenes, más exactamente desde la Gobernación del Cesar, echaron al traste la que pudo haber sido la marcha perfecta.
En cada lugar en el que este pequeño grupo de jóvenes encontraba a policías no perdía oportunidad para entonar cánticos ofensivos. Por supuesto, estos coros son ya conocidos, propios, aunque no aceptables, de este tipo de manifestación.
La Central Unitaria de Trabajadores, los docentes, miembros del Magisterio, de los sindicatos como Sindesena, Asonal, ambientalistas, animalistas, entre otros, transitaron una conocidísima ruta hasta la plaza mayor del Valle del Cacique Upar y cumplieron con la protesta en paz.
Pero al llegar a la plaza Alfonso López, 11:30 de la mañana, un grupo de jóvenes encendió un artefacto de pólvora, de gran ruido, que motivó el acercamiento del Esmad y la posterior alteración al orden público que fue repelida y por fortuna aplacada en poco tiempo.
Hasta ahí todo marchó bien, y esto quedó registrado en nuestras redes sociales, así como en la de otros medios. Así como también quedó registrada la angustia de muchos otros jóvenes que mediaron entre el Esmad y los alterados para apagar el incendio, y lo lograron.
Consideramos que por poco logramos ser ejemplo nacional, pero lastimosamente ese lunar nos incluyó en la serie de ciudades en las que las alteraciones al orden, por cuenta de disturbios, se notaron.
Ni más faltaba que esto será superior a una marcha pacífica pero el sol no puede ocultarse con los dedos. Felicidades a los estudiantes que prometieron danza, teatro, música y lo cumplieron. A las comunidades indígenas del Cesar que acompañaron la jornada en defensa de su visión y autonomía.
Aplausos para los negros de los diferentes consejos comunitarios, que hacen parte también de entidades públicas y privadas, estudiantiles y sociales, que acompañaron la manifestación. A las comunidades LGTBI que caminaron para visibilizar sus propuestas de ciudad incluyente. Discapacitados que marcharon decididos, entre otros.
A los campesinos organizados, a las Juntas de Acción Comunal, ediles, líderes políticos, defensores de derechos humanos. Gracias a las entidades del Estado que acompañaron, a la Fuerza Pública, organismos de socorro. La logística estuvo sincronizada para el normal desarrollo del evento.
Lástima los vándalos.