En el campeonato mundial de fútbol, que terminó ayer, hubo de todo, y eso ya es sabido; pero por encima de lágrimas y alegría, hubo el desafuero mediático que siempre está presente en casos como esta justa que se cumple cada cuatro años.
Hablo de desafuero porque no se le puede llamar distinto a ese afán de gritar de primero quién sale del juego, las faltas, los elogios y las críticas, a quién lastimaron y a quién mordieron.
Lo inaudito, además de la mordida, fue el maltrato al idioma, está vez le propinaron una goleada muy grande, palabras insoportables como: ‘la chance’, en lugar del chance, porque se sabe que chance es masculino y lo han feminizado, bueno eso como que está de moda. Como ese, hubo una lluvia de términos que movían a risa, pero los lugares comunes batieron el record.
El lugar común es una palabra, frase o idea considerada como un vicio del lenguaje por ser demasiado sabido o por su uso excesivo o gastado.
Presenta una o varias de las siguientes características:Demuestra poca imaginación de quien la expresa y sustituye la búsqueda de ideas originales o creativas por otras ya gastadas. Como la manida frase: Detrás de un gran hombre hay una gran mujer, se la dijo Napoleón a Josefina y todavía la estamos usando como la gran cosa; otra, ‘Voy a colaborar con un granito de arena’, viene de la epopeya india El Ramayana, cuando una ardillita quería ayudar a unir el canal que separa al antes Ceylán, hoy Sry Lanka, con la India y mojaba la cola, la pasaba por la arena y la sacudía en el agua, ‘mira, cómo colabora con sus granitos de arena’, decían, eso se escribió miles de años atrás y todavía se sigue usando.
Ahora hay otros lugares comunes que se inventan y se repiten tanto que cuando perdió Brasil, llovió intensamente y la presentadora dijo: ‘El cielo también llora de tristeza, (frase que ya hizo carrera cuando muere alguien y el funeral se realiza bajo la lluvia); y los inefables sabios comentaristas dijeron una docena de veces ‘las cosas no se dieron’, (¿cuáles cosas?).
Un locutor fue más allá: ‘Eeeraaaa por la derechaaaa, así no es, recuerda que Dios dijo:ayúdate que yo te ayudaré’; primero, el jugador no lo estaba escuchando; segundo, Dios nunca dijo eso, por lo menos en la sagrada Biblia no está, si estoy equivocada espero que alguien me corrija.
Para mí el mejor partido fue el que hizo mi primo, el doctor Gustavo Hinojosa, con personajes de la mitología: “Qué tal un portero como Briareo, con cien brazos, cincuenta cabezas y docenas de metros de estatura.
Una defensa formada por Poseidón y Apolo, los que construyeron la muralla de Troya.” Y termina imaginandoel mejor gol olímpico de todos los tiempos: el que le marcó a la tebana Alcmena y que ganó para siempre el nombre más reconocido en cualquier olimpiada: Hércules.” (El espacio no me alcanzó; a evitar lugares comunes y al leer más mitología)