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Luces y sombras sobre la economía colombiana

Hay un viejo chiste entre los economistas, haciendo un símil con un vaso de agua cuando está por la mitad. Los optimistas dicen que el vaso está medio lleno, pero los pesimistas dicen que está medio vacío. Algo similar parece estar ocurriendo si observamos las noticias que se están publicando en las páginas de los periódicos del país.
Tomemos varios botones de muestra, mientras que el miércoles el diario El Tiempo de Bogotá titula: “Industria ve fin de su recesión y fija agenda a los candidatos”, el mismo diario el jueves titula: “Recesión visitó los centros comerciales”.
Es decir, un día se afirma que ha terminado la recesión, según una encuesta publicada por la Asociación Nacional de Industriales (Andi), que es un buen termómetro de la actividad económica, pero al otro día se afirma que el comercio sintió el bajonazo de la demanda y que sólo los centros comerciales y las grandes superficies que aplicaron descuentos y promociones, pudieron sobreaguar en esta crisis.
Aunque en principio parezca contradictorio, en la ciencia lúgubre, la economía, es común que se presenten coyunturas con señales contradictorias, unos sectores que suben, mientras otros bajan; pero lo importante es el crecimiento neto en la tasa del Producto Interno Bruto (PIB), que es la principal señal que en últimas marca la pauta, sobre si las cosas van bien, regular o mal.
El Presidente Álvaro Uribe Vélez se ha mostrado optimista y ha anunciado, con base en información que le han suministrado algunas dependencias oficiales, que en 2009 la economía colombiana registraría un crecimiento del 0,1 o 0,2 por ciento en su tasa del PIB. De ser así, se habría frenado el ciclo recesivo y estaríamos entrando a un ciclo de recuperación. Ojalá…
No obstante lo anterior, lo más sensato es esperar que el DANE publique oficialmente las cifras sobre el comportamiento de la economía colombiana en todo 2009, con el fin de hacer proyecciones sobre lo que pueda suceder en 2010. En efecto, antes de tomar alguna decisión de inversión, principalmente en el sector empresarial y en las familias, es mejor esperar señales claras sobre lo que en realidad está sucediendo y que nos depara el futuro.
Sin embargo, el panorama que vemos sigue igual de complicado. La economía de Estados Unidos está en un proceso de recuperación lento, las economías de varios países de Europa también presentan problemas, el comercio con Venezuela sigue estancado, luego no se ven muchos síntomas que ayuden a reanimar el enfermo.
A nivel local vemos con optimismo la Mesa de Vivienda realizada esta semana, con fin de reactivar el sector de la construcción en todos los municipios del departamento, concretando los proyectos de vivienda de interés social que están detenidos por problemas de trámite y otros formalismos, pero que deberían estar funcionando ya que está la demanda, está la oferta y hay recursos de crédito y los subsidios asignados.
Así que manos a la obra, en este sentido es digno de destacar el apoyo que el Viceministro de Vivienda, Luis Felipe Henao Cardona, le viene dando al tema, de la mano del Gobernador, Cristian Moreno, y de instituciones como la Caja de Compensación Familiar, entre otras.
El sector de la construcción de vivienda tiene mucho margen de vivienda en nuestro departamento y hay que hacer mucho por impulsarlo y así lograr generar empleo masivo y para personal de baja calificación. Ese puede ser un buen camino.
También hay que insistir en el tema agropecuario. El Cesar requiere créditos rápidos y en buenas condiciones para reactivar los cultivos de ciclo corto y apoyar a los ganaderos en este periodo de vacas flacas. Y a pesar de las gestiones del Secretario de Agricultura Departamental y los gremios locales, el gobierno nacional no ha escuchado este clamor de la región.
Pero unas son de cal y otras son de arena. Hay otros sectores que tendrá reactivación en marzo y abril, son los de los servicios, en general, vinculados a la celebración del Festival de la Leyenda Vallenata.
Este magno evento musical, máxima expresión de nuestra música y de nuestra cultura, se ha convertido en un verdadero empujón para la economía local: mueve el turismo, de todos los niveles, la gastronomía, la venta de licores, el arriendo de casas y apartamentos, el transporte, etc, etc. Se estima que puede mover más de cincuenta mil millones de pesos por evento.
Sería bueno que la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata estudiara la posibilidad de realizar eventos musicales masivos de buena magnitud y excelente factura, como el festival, a medianos y a finales de año con el fin de estimular el “turismo musical”, por decirlo de algún modo, a Valledupar. Pero, del resto, son más sombras que luces las que se ciernen sobre la economía nacional.

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