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Los zurdos

“Entre toda aquella gente había setecientos hombres escogidos que eran zurdos… Jueces 20,16.

Cuando yo era niño, hace uff, en el colegio tenía un compañerito que era zurdo, la maestra le amarraba la mano izquierda para que aprendiera a escribir con la derecha. Los zurdos son personas que utilizan preferentemente el lado izquierdo de su cuerpo.

En estos días estudié un artículo que inspira esta columna, acerca de una narración que aparece en el libro de los Jueces. La tribu de Benjamín se traba en una guerra civil con las diez tribus de Israel que ocupaban la parte norte del país. Los Benjamitas convocaron a su ejército con veintiséis mil hombres contra cuatrocientos mil de los israelitas. De entre los de Benjamín había setecientos hombres escogidos que eran zurdos, los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello y no erraban. Estos eran expertos con la mano izquierda.

Es posible que estos setecientos zurdos no lo fueran por nacimiento, sino que tuvieron algún impedimento para usar su mano derecha. Tal vez, en alguna batalla fueron heridos y perdieron habilidad con su mano derecha. Las armas estaban hechas para los diestros, el escudo se llevaba con el brazo izquierdo, no solamente para proteger el corazón sino a la persona que estaba a la izquierda y así poder usar la derecha para el ataque con la espada o la lanza.

Amados amigos: Creo que estos zurdos tenían que enfrentar la decisión de abandonar el campo de batalla, regresar a casa por causa de sus limitaciones o aprender a pelear de otra manera. Aún recuerdo el dolor de mi amigo al ser obligado a aprender a escribir con su mano “mocha”. Un sentimiento de discapacidad envuelve esos momentos. La disyuntiva es: Sentir pena por sí mismos y echarle la culpa al sistema excluyente o decidir volver al campo a pelear.

En muchas ocasiones y de diversas maneras, el enemigo de nuestras almas procura sacarnos del campo de batalla, haciéndonos creer que no servimos porque los instrumentos no están diseñados para nosotros o que las heridas de la guerra nos tornan discapacitados para continuar; pero es ahí cuando valientemente debemos levantarnos y regresar al campo aun cuando eso implique que tenemos que reaprender a luchar con armas diseñadas para otros.

Los zurdos, por tener prevalente el hemisferio derecho tienen mayor percepción, en nuestra historia, no solo se esforzaron por ser los mejores tiradores de honda, sino que aportaron su sexto sentido para orientar la batalla. Puesto que seguramente, ellos habían sido heridos en el campo, ahora podían identificar mejor las posibles situaciones de peligro. Estos que fueron heridos en el campo de batalla y que por pronóstico debían claudicar, se esforzaron y mejoraron.

Corolario: ¿Has sido herido en el fragor de la batalla de la vida? ¿Te han paralizado tu mano derecha? Tenemos dos opciones: Podemos ir a casa o podemos aprender a pelear otra vez.

Mi amigo del colegio aprendió a escribir con la derecha, pero a escondidas siguió también escribiendo con la zurda. El desconocimiento de la Maestra, aunque con dolor, lo benefició y lo convirtió en un hombre que escribe con ambas manos. ¡Sigamos en la batalla! ¡Somos vencedores!

¡Un fuerte abrazo para todos los zurdos!

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Valerio_Mejia_Araujo: