Por Abdel Martínez Pérez / EL PILÓN
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Los habitantes del barrio San Fernando, al suroriente de Valledupar, están azotados, y no precisamente por la delincuencia, sino por los zancudos que pululan en ese sector, provientes de la humedad de los lotes de engorde, existentes en sus alrededores, y por la cercanía a la laguna de estabilización, la que además causa molestias por los fétidos olores.
La unión, la solidaridad, el acompañamiento, la alerta temprana de cualquier movimiento sospechoso y el trabajo mancomunado entre los habitantes de este sector de la ciudad, ha permitido desterrar a los jóvenes drogadictos y bandas de atracadores que trataban de apoderarse de sitios estratégicos para cometer sus fechorías.
El alcantarillado, según sus habitantes, debe ser reconstruido, porque desde la fundación del sector hace 28 años, no brinda el servicio adecuado, debido a que las aguas negras se rebosan por los manjoles y se devuelven por los lavamanos, los baños y por los sifones de los patios de unas cien viviendas.