Los sectores ganaderos, ovino-caprino, y de pesca constituyen renglones económicos con futuro en el departamento ante las potencialidades de la región para su afianzamiento. Así lo manifestó el secretario de Agricultura del Cesar, Carlos Eduardo Campo Cuello, en entrevista con EL PILÓN.
De acuerdo con el experto, el Cesar se desarrolla a partir de su agroindustria, puesto que de no concebirlo así será muy difícil que tenga una economía sostenible. “De eso hay tanta sensibilidad que comienza por las propias mineras que saben que debemos migrar hacia la generación integral vertical y de no hacerlo podremos estar con el fenómeno holandés, con una economía que depende de un producto que no es renovable como los hidrocarburos, que tiene fecha límite en su explotación. Si no intentamos equilibrar nuestra base económica, volver a las participaciones del 30 % al 32 % de lo que tenía el sector agropecuario en años anteriores, tratando de reemplazar el 35 % que tiene la minería dentro del PIB del departamento, será difícil lo que podamos hacer de aquí en adelante”, precisó.
-En el ganado vacuno o bovino (representado por vacas, bueyes y toros, que son domesticados por el ser humano para su aprovechamiento y producción), el funcionario aseguró que si bien el Cesar sigue siendo el quinto hato del país, conforma una de las lecherías de trópico bajo significativas a nivel nacional -junto a Córdoba-, y en la actualidad existe la oportunidad de procesar más de un millón de litros diarios de manera formal son muchísimos los esfuerzos que la región debe hacer en este sector.
“Hemos bajado de la década de los 90, donde la ganadería se veía como una caja de ahorros alternativa al cultivo de algodón, donde teníamos alrededor de dos millones 200 mil cabezas de ganado; hoy debemos estar alrededor de un millón doscientos mil cabezas de ganado, un millón menos que lo que teníamos antes. Existen cerca de 418 mil hembras con posibilidad de propagación genética y avance reproductivo. Gran parte del territorio está comprometido en la actividad bovina; podríamos estar en algo así como millón y medio de hectáreas, así como en el tema agrícola tenemos unas 211 mil hectáreas que se siembran dentro del territorio”, explicó Campo Cuello.
Además indicó que han existido unos retrocesos en este sector con tres años del Fenómeno del Niño, con el que se perdieron en el Caribe más de 100 mil cabezas, donde el Cesar resultó afectado, y en el 2017 fue un año difícil con la aftosa que golpeó al sector, pero el país afortunadamente volvió a recuperar el estatus sanitario para beneficiar a los 12.400 ganaderos del departamento que dependen de la producción bovina.
Acotó que hay muchos elementos para pensar que podemos recobrar la dinámica de la actividad bovina dentro del territorio. “Vemos como en el aspecto cárnico empezamos a tener unos mercados que podemos aprovechar: se empiezan a consolidar actores como Nutressa, que ven en el territorio una posibilidad, comprando en el 2016 el Frigorífico de Aguachica, lo que empieza a dar un dinamismo y respiro, encaminados al sacrificio de 412 animales diarios, con un poder de sacrificio de 156 mil animales año; lo cual es más incluso que puede producir el Cesar con sus 418 mil vientres y en las tasas productivas que tiene hoy el departamento. Lo anterior sumado a lo que puede entregar el frigorífico de Valledupar, más la infraestructura que se está consolidando en La Jagua de Ibirico como un Matadero Regional, que va en un 30% de ejecución, que se espera entregar este año, con una tasa de sacrificio de 200 animales diarios”.
-En las especies menores, que hacen referencia a la explotación de aquellas especies animales de menor talla que la de los bovinos o los equinos, el departamento ha avanzado en el tema ovino-caprino, posicionándose dentro de los cuatro primeros departamentos del país con más ovino-caprino de Colombia. Existen más de 120 mil ejemplares en el Cesar, junto con La Guajira, Magdalena y Santander, que son los primeros departamentos en este sector, conformando la potencia productiva ovino-caprina que tiene Colombia.
Para este sector apareció un matadero integrado en el sur de La Guajira, con marcas propias que se empiezan a dar en el departamento del Cesar, con un Coolesar que empieza a abrir sus puertas para el sacrificio de especies menores.
-Pesca y piscicultura: existen cerca de 12 mil familias que dependen de este renglón productivo. “Aunque vivir de la pesca es casi que un sinónimo de pobreza, se necesitan hacer ingentes esfuerzos en la recuperación de cuerpos de agua naturales como la Ciénaga de Zapatosa, donde se agolpan más de 4.000 pescadores. Se vienen dando pasos importantes en la piscicultura, para lograr temas más tecnificados en especies como: tilapia, la cachama, bocachico y bagre. En la Ciénaga de Zapatosa empezamos a incursionar con jaulas flotantes, una modalidad nueva para el Cesar, pero desarrollada en poblaciones como Betania, en Antioquia. Con un cuerpo de agua de más de 40 mil donde tenemos un potencial, especialmente en partes profundas para desarrollarlas, que pueden ser una alternativa para nuestros pescadores”, manifestó Campo Cuello.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN