Los integrantes de los grupos de whatsapp creen que aún estamos en campaña política a la presidencia entre los partidos aliados al ‘Uribismo’ y los partidos del ‘Petrismo’.
Uno encuentra esos dos bandos enconados, que alegan todo, contradicen todo y hasta se han convertido en los sabelotodo del comportamiento electoral, la abstención, la democracia y la política en general colombiana.
Yo hago parte de dos de esos grupos, pero no voy a identificar a ninguno de los integrantes para evitar que alguno se ensañe en contra mía ni en contra de mis creencias y pensamientos que deben ser libres como el viento.
Cuando Gustavo Petro era candidato, a los uribistas (llámeseles así a quienes apoyaban a ‘Fico’ y a Álvaro Uribe) no les gustaba ni su olor y a los petristas les fastidiaba hasta mirarlos.
La división entre ambos ensanchó la brecha. No se miraban a los ojos. Petristas y Uribistas se fueron consolidando en grupos políticos al que llegaban disidentes de los otros partidos como los tradicionales liberal y conservador.
Los grupos de chat también se fueron agrandando y otros grupos se unieron en uno solo para confirmar la frase política más diciente: ‘la unión hace la fuerza’.
Rojos, verdes, amarillos y azules se fueron consolidando hasta llamarse Equipo por Colombia, Pacto Histórico, etc. Al final, quedaron dos candidatos y ganó Gustavo Petro, con un margen menor al millón de votos.
Pero la porfía sigue en los grupos de chat. Las peloteras se hacen más frecuentes y más irracionales. En un chat una de las integrantes hasta se atrevió a decir que prefería a Petro muerto que de presidente y del otro bando le respondieron que Petro era la salvación del país.
Unos odiaban a Uribe y lo culpaban de ser autoritario, menos plural, que se había congraciado y aliado con la gente menos indicada para crear un Partido Político (Centro Democrático) que se desbarató desde la presidencia de Juan Manuel Santos y con la llegada de Francisco Santos.
Me abstengo de recordar más datos del pasado reciente, por motivos de espacio; pero, otros odiaban a Petro porque lo veían como el político agazapado que no miraba de frente, pero por ‘debajo’ escondía sus cartas con políticos tradicionales y curtidos del mundo bipartidista del país.
Muchos de los del chat decían que Petro era el mamerto consumado de izquierda que le gustaba la derecha, que comulga con el comunismo y aplaudía el capitalismo, pero criticaba el feudalismo y le gustaba el fundamentalismo (conservador) de Álvaro Gómez. En fin, decían que a Petro lo movía el liberalismo de Gaviria y el de Gaitán, pero también era un social – demócrata progresista que es lo que dicen que es hoy.
‘Guataco’ dirigente comunista estudiantil del Liceo Celedón de Santa Marta y a quien conocí en ese glorioso plantel educativo hubiese dicho: ‘Petro es un pequeño burgués’.
Incluso, Petro y Uribe eran como el agua y el aceite, se insultaron, acusaron y dijeron hasta decir no más. Cada quien con sus aliados que parecían (perdonen la comparación) animales de riñas.
Pero, cuando Petro ganó y se posesionó los dos salieron corriendo a abrazarse (a escondidas) y se dijeron de todo, pero ambos tienen sus guardados porque Petro ni Uribe han dicho de qué hablaron. Son los secretos mejor guardados. Ahora cada vez que Petro tiene un problema corre a donde Uribe o viceversa. Hablan a mantel tendido, pero eso sí, nadie sabe qué hablan ni qué dicen, a pesar que hay testigos, pero esos testigos son fieles porque no revelan nada. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmil.com @tiochiro.