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Los reyes aislados

Desde tiempos inmemoriales, el poder tiene sus símbolos.  Y los reyes entre nosotros, así no existan, los sentimos, o nos los hacen sentir.  Desde pequeños por temas religiosos esperamos  a los Tres reyes magos, y Valledupar, por temas fundacionales, el 6 de enero, tiene el título de Ciudad de los Santos reyes.

En aspectos musicales, el Festival de la Leyenda Vallenata, premia cada año -menos este- reyes en diferentes categorías, y cada lustro, el evento Rey de reyes del acordeón, entre los cuales ‘Colacho’ Mendoza, ‘Cocha’ Molina, Hugo Carlos Granados, son referentes y pavos reales de la fiesta.  A propósito dicen que esa ave, por su belleza es el rey entre los voladores, entre mamíferos el león es el rey de la selva.

Recordemos que en la antigüedad el Rey Salomón, el rey David, el rey Arturo, forman parte de leyendas y saberes culturales, las reinas en este país son parte fundamental de sus fiestas, no hay pueblo en Colombia que no tenga su reinado popular.  De la ganadería y de la piña, de la cumbia y del joropo, del café y de la yuca, del mar y del carbón.  Mejor dicho no han inaugurado reinado del coronavirus por que el distanciamiento social no lo permite, si no el alcohol estuviera escaso. A propósito del alcohol, en los cumpleaños, imposible que al cumplimentado no le canten, con mariachis, Pero sigo siendo el rey. Jodaaaaa!

Pero los reinados continuarán. En los gobiernos, como Inglaterra, España y otros, las monarquías hacen parte de su vida política y social, hay especialistas en saber la vida de los reyes, o inventárselas, rey, virrey, príncipes, conde, vizconde, marqués, y todas esas categorías forman parte de viejas herencias. Inclusive nuestro actual presidente es Duque Márquez.  Cerquita a marqués, pero esta reinando.

Volviendo al Viejo Valle, hace algunos años, la novela Los reyes, eran la obligación frente a la televisión, para no mencionar “La reina”, de Urbina Joiro en la voz de Diomedes Díaz, una de sus canciones más aplaudidas. “El reinado” de Calixto Ochoa, también gastó suelas de zapatos en bailes por corregimientos como Mariangola y Valencia de Jesús, a finales del siglo pasado.

El principito es uno de los libros más vendidos en la literatura de los todos los tiempos.  Pero las circunstancias actuales, hacen que los reyes salgan de sus palacios o regresen a ellos, siempre depende.  El rey Juan Carlos, de España, por problemas de impuestos o algo parecido, se fue a República Dominicana, la isla más merenguera del caribe.  Olvidó al equipo merengue de su tierra.  En Valledupar, igual por razones jurídicas, al gobernador Monsalvo lo mandaron a casa, o sea deja temporalmente el palacio departamental.  Y para cerrar al expresidente Uribe, rey del Centro Democrático y de muchos colombianos, también lo alejan de su palacio preferido, El Congreso, mientras la Corte Suprema de Justicia sigue su proceso jurídico.

En poco tiempo, reyes verdaderos y falsos, dejan sus palacios. Llanto en la arena, tiemblan los cielos, huele a hecatombe.  Toca inventarse un reinado virtual de alguna cosa para entretenernos,  ya  somos incapaces de vivir sin reinados. Ciro Pupo y su combo podían dar luces, al parecer uno con más experiencia como Raymundo Angulo, parece cercano a reinados más celestiales.  Y el cielo ahí, vigilándolo todo.  La culebra está viva, decía Uribe. Puros contrastes y curiosidades. Heródoto, Padre de la historia, dicen que murió al regresar de un reinado. Toca creer.

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