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Los retos de los reyes del Festival 2011

La música vallenata cuanta desde hoy con una nueva pléyade de exponentes que tendrán la inmensa responsabilidad de seguir divulgando y promocionando la misma, pero conservando su esencia, su sustrato cultural popular, y su arraigo, a veces amenazados por la excesiva comercialización y la modernidad.
El nuevo Rey Profesional del Festival de la Leyenda Vallenata 2011, el acordeonero Almes Guillermo Granados Durán, de cincuenta y dos años, fue el escogido para seguir la misión de Francisco “El Hombre”.
Granados seleccionado entre los cinco concursantes que llegaron a la final, al lado de Fernando Rangel, quien ocupó el segundo lugar; Manuel Vega, en el tercero; y Alfonso Monsalvo  y Julián Mojica.
La elección de Almes confirma la gran trascendencia que tiene en la música vallenata el tema de las dinastías familiares. Sin lugar a dudas, influye mucho y determina en músicos y compositores, nacer en hogares donde lo que se vive es eso: la interpretación del acordeón, los cantos y la música, en general.
La dinastía de los Granados es reconocida en Valledupar y toda la Región Caribe. Ovidio Granados, hermano del Rey 2011, es un bueno y veterano acordeonero, padre de los Reyes Hugo Carlos y Juan José Granados; el primero también Rey de Reyes, que si bien no logró la corona ha demostrado con creces y en cientos de parradas su gran dominio del legendario instrumento.
Felicitamos al nuevo Rey, Almes Granados Durán; como también a los otros reyes, los ganadores en la categoría de acordeonero aficionado, Jairo Andrés de la Ossa; en la categoría juvenil, Camilo Andrés Carvajal Cuadros; y en la infantil, José Camilo Mugno.
Y también a los ganadores en la canción inédita, el médico, Adrián Villamizar, y en la piqueria, Willian Felizzola.
Son grandes, sin lugar a dudas, los retos que tienen estos nuevos reyes de la música vallenata. En primer lugar, representar con altura esta música, dentro y fuera del país, con el fin de seguir dando a conocer su esencia, sus raíces, como muestra de una expresión musical en expansión y – cada día- con un mayor número de seguidores en Colombia y en el mundo.
En segundo término, enseñar a las nuevas generaciones de acordeoneros que lo bello de nuestra música no está en interpretar el acordeón con una velocidad excesiva, sino por el contrario con apego a una ejecución juiciosa, armónica y cadenciosa del paseo, el merengue, la puya y el son.
Y tercero ayudar, desde ya, en la promoción del próximo Festival, la Cuadragésima Quinta Edición, que se cumplirá en 2012. Estamos seguros que los nuevos monarcas de nuestra música estarán a la altura de sus retos y responsabilidades, en particular el rey en la categoría profesional, la más importante.
El gran número de participantes en todas las categorías, principalmente las relacionadas con la ejecución del acordeón, confirman que el vallenato es una música con mucha vitalidad; cada día hay más niños y jóvenes ejecutando el instrumento con maestría, ojalá lo hagan respetando los cánones del vallenato auténtico y tradicional. Ese es el principal reto de todos.

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