En el Festival Cultural y Literario del Caribe, en Chimí, San Martín de Loba, Bolívar, me encontré con una maravillosa experiencia vivencial, artística, cultural y de hermandad. Fui seleccionada como parte del jurado para la realización de la 8.a versión de este hermoso evento realizado del 2 al 4 de agosto de 2024.
Desde Valledupar, me tocó atravesar los tres departamentos: Cesar, Magdalena y Bolívar, para arribar allí. Al llegar a El Banco, Magdalena, tomé una chalupa para cruzar el majestuoso río Magdalena, hasta llegar a San Martín de Loba y de ahí desplazarme al corregimiento de Chimí, zona llamada Loba, como cariñosamente le dicen los habitantes de la subregión. A esa región se llega más fácil desde Valledupar que de Cartagena u otra capital departamental.
La programación era muy variada, un evento con componentes muy atractivos. Nos recibieron, a mí y a los demás jurados muy cálidamente y la introducción fue un diálogo formativo y entusiasta. Participando los demás jurados calificados e idóneos y los organizadores de este Festival.
El sábado 3 de agosto, hubo un desfile inaugural, donde participaron las instituciones de esa subregión, un despliege de creatividad y folclor, teniendo como eje principal el medio ambiente.
Luego del desfile se realizó el concurso de pintura en la Escuela Rural Mixta de Chimí, donde estudiantes de primaria y secundaria tenían que expresarse libremente en la pintura, sin previos bocetos, ni conceptos.
Debían a través de técnicas libres de pintura, expresar sus conceptos y sensibilidad por la ecología, su ambiente, sus conflictos y soluciones.
Las niñas participaron previa selección, y sus obras manifestaron sus inquietudes, sobre toda la situación de emergencia con nuestro ecosistema. Su sensibilidad, su comprensión y compromiso, se vieron plasmadas en sus obras.
En Chimí se explotan minas de oro, de manera no organizada, y los jóvenes manifiestan su preocupación por el daño ecológico y la violencia que esto genera. Luego se realizó una conferencia denominada ‘La importancia y los cuidados al medio ambiente’ por la Corporación Autónoma Regional del Sur de Bolívar, CSB.
En horas de la tarde se vio un maravilloso desfile ecológico donde se demostró un despliegue de creatividad, con las niñas de las diferentes instituciones, mostrando sus programas, planteamientos de lo que desarrollan como programas pilotos. Hermosos diseños realizados con residuos biodegradables, sólidos, inorgánicos, aprovechables, que mostraron que los pueblos cuidan, protegen y se preocupan por su entorno.
Luego, el Encuentro de Cuentos, donde los participantes manifiestan su forma de ver el mundo, sus preocupaciones, sus experiencias en las narrativas literarias. Presentaciones de mimos y el grupo de tambora de la Casa de la Cultura Orlando Fals Borda de San Martín de Loba, nos deleitó con su baile.
Liduvina Muñoz Barriosnuevo, una de nuestras más insignes representantes de la tambora de Hatillo de Loba, nos deleitó con un maravilloso conversatorio, su rica experiencia nacional e internacional, fue magistral su charla y baile.
El Homenaje en Vida a dos grandes maestras, fue un bello reconocimiento a la dedicación, compromiso, saberes y legados a Idalides Ramos Toloza y Amines Castillo Pianeta.
Hubo encuentros de décima, para que este género del folclor se siga multiplicando. En Poesía, los jóvenes demostraron su talento en las composiciones y declamación: “Un niño emocionalmente sano y sensibilizado, será un adulto compasivo, equilibrado y feliz…”.
Entre los invitados a los conversatorios estuvieron Rosendo Romero, que deleitó a los jóvenes y público asistente con el tema “La poética en la creación musical”; los jóvenes se mostraron muy interesados en cómo se podían componer canciones con mensajes y poesías. Rosendo, como era de esperar, hizo una excelente gala de sus clásicas y bellas canciones vallenatas.
Los asistentes disfrutaron también el conversatorio “La piqueria como arte pedagógico”, por el verseador y decimero Julio Cárdenas, rey de reyes de la piqueria del Festival de la Leyenda Vallenata.
En la tarima de la plaza principal se realizaron las presentaciones principales de los concursos, asistiendo las autoridades locales.
Hubo magia, tambora, poesía, décima, expresiones de inéditas en vallenato; presentaciones de danzas en tambora, Danza a la madre tierra, un niño de tres años hizo una magistral presentación, que sorprendió con su expresión literaria, corporal, creativa y manejo de publico.
Como jurado, nos tocó un trabajo dificil, de escoger jóvenes comprometidos y con tanto talento, que se la jugaron en el escenario.
Al final se cerró con un concierto de Fabián Corrales, uno de los grandes cantautores vallenatos, quien hizo gala de un emocionante presentación.
Chimí quedó en un espacio significativo de mi corazón, porque desde que llegué me sentí en familia y buenos amigos, claro, con mis genes bolivarenses, mi padre, nacido en Calamar, Bolívar -aunque quiso tanto a Valledupar-, nos inculcó el amor por esa tierra. Además, tengo nuevos amigos.
Y me atrevo a manifestar que “Cuidemos nuestros pueblos”, pues nuestra más grande riqueza patrimonial está en esas aldeas, comunidades, de nuestros pueblos, veredas, campesinos, de allí salen nuestros alimentos, el folclor, las expresiones populares, que son la esencia de nuestras culturas, salen los deportistas, los que defienden la patria, los minerales, nuestros más grandes representantes de esta identidad que nos habita, porque ellos además de la belleza como seres generosos, amables, libres, sensibles, riquezas ecológicas, nos enseñan a querer el terruño, ellos sí que saben luchar y valorar lo que tienen.
Por Marianne Sagbini