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Los pueblos del Cesar se mueren de sed y falta de salud

La pregunta es ¿por qué empresas como la multinacional Drummond que genera miles de millones de dólares de ganancias para sus propietarios no apadrina los municipios del corredor minero para solventar la grave escasez de agua potable y salud para sus habitantes?

Pero supongamos que no le alcanzan los miles de millones de dólares para solucionar el problema de todos, ¿por qué no apadrina –siquiera- los municipios de dónde extrae el carbón?

En un informe de enero de este año, el periódico EL PILÓN, publicó que, Drummond fue la empresa con mayor producción y exportación de carbón. Es decir, Drummond produce carbón en los municipios de El Paso, La Jagua de Ibirico, Agustín Codazzi, Chiriguaná y Becerril. 

Según el informe, Drummond sigue liderando la producción y exportación de carbón colombiano. En 2023 se produjeron 29.563.329 toneladas, lo que representa un crecimiento de 7,1 % frente a 2022; y se comercializaron en el exterior 27.037.622 toneladas. 

“Sabroso así, con Dios y con el diablo”, como decía el exgobernador Lucas Gnecco, Drummond afianza sus ganancias mientras los habitantes cesarenses reciben a medias las mal llamadas regalías que, al final, quedan en manos de astutos y perversos políticos y dirigentes regionales. 

Surge otro interrogante: ¿qué ha pasado con los miles de millones de pesos que han invertido los últimos alcaldes en los municipios de La Jagua, Becerril, Chiriguaná y Codazzi, con dineros de las regalías? 

Lo más inaudito es que cada alcalde de los últimos años ha hecho millonarias inversiones en el acueducto en La Jagua de Ibirico, pero la realidad es otra. Los barrios tienen agua cada ocho días. Además, cuando hay agua es un chorrito como en los barrios La Florida, Galán, 17 de Febrero y Centro. Entonces, la gente tiene que usar toda clase de recursos para tener agua para beber y usan turbinas, tanques elevados, pimpinas, etc. Todos los alcaldes han hecho inversiones millonarias, pero los resultados son adversos, se comenta. 

El problema también está en los hospitales del corredor minero. En La Jagua prácticamente no hay servicio de especialistas, porque nunca llegan, y consulta externa y urgencias es un milagro encontrar cita.   

Becerril, otro municipio en donde hay millonarias inversiones en el acueducto, tener agua potable en las casas es un privilegio. “Todos los pueblos del Cesar tienen el mismo lío del agua potable y hospitalaria”, añadió el tendero José Martínez.  

En Codazzi el suplicio es diario. Cada 10 días llega el agua potable a los barrios del pueblo. Es decir, que los habitantes de sectores como Primero de Mayo, Villa Eduardo, Florida, Antillana, Centro, Las Flores, Obrero, entre otros, es gravísimo. “Oiga aquí en Codazzi el agua es muy pesada, llega muy lenta y demorada”, dicen.

Es triste manifestar de manera contundente que cuando se trata de agua potable, hospitales y centros de salud, los pueblos del Cesar están a la merced del Todopoderoso, eso es un desastre.

Lo más irónico y pavoroso es que la Gobernación del Cesar publicó en su página virtual el 9 de marzo del 2022 lo siguiente: “Los 52.000 habitantes de Codazzi no sufrirán más por la falta de continuidad de agua potable. Esta problemática histórica en el municipio por fin tendrá solución, con la puesta en marcha por parte del gobierno del Cesar, de la primera fase de construcción y optimización de la conducción de las redes del acueducto urbano”.

Y remata la noticia: “El proyecto tiene una inversión de 13.000 millones de pesos, y es financiado en un 40 % por la administración departamental y el 60 % restante por el Ministerio de Vivienda”. ¿Cómo les parece? Aquí hay gato encerrado.  Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com   @tiochiro. 

Por Aquilino Cotes Zuleta

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