Con vehemencia, todos los días la mayoría de los colombianos repudiamos la corrupción; sin embargo, el pasado domingo, la consulta anticorrupción no alcanzó el umbral que permitía escrutar el número de votos de las siete preguntas incluidas en la consulta.
Sobre el resultado de esta consulta se ha hablado mucho. Por ejemplo, en los diferentes medios de comunicación se ha dicho que los más de 11 millones y medio de votos depositados en las urnas (que no fueron suficientes para lograr el umbral), no son un fracaso sino un triunfo de los votantes, ya que ninguno de los presidentes elegidos en nuestro país ha obtenido tan numerosa votación.
Tal argumentación es un sofisma, como las muchas tergiversaciones que a menudo en nuestro país se ponen en circulación para darle contentillo al pueblo. Ahora, acolitado por el presidente Iván Duque y su partido Centro Democrático, con la convocatoria a los promotores de la consulta y a los presidentes de la Cámara de Representantes y del Senado, a una reunión en la Casa de Nariño para fortalecer la lucha contra la corrupción.
Por el hundimiento de la consulta anticorrupción, ha surgido el debate de cuáles fueron las causas, y en la algarabía mediática hemos escuchado múltiples respuestas, unas creíbles y otras totalmente falsas. Personalmente considero que, los principales porqués de la abstención en la consulta anticorrupción, son: la indolencia del pueblo ante su propio sufrimiento originado por el imperio de los corruptos; la sensiblería y mojigatería de la gente que rechaza a la pareja sentimental (léase homosexual) conformada por Claudia López y Angélica Lozano, notables promotoras de la consulta y también defensoras de la identidad de género, los mismos que votaron en contra del referendo que buscaba refrendar el acuerdo de paz con las Farc; lógicamente, hubo otros motivos importantes, pero los anteriores fueron fundamentales. Esperemos para ver que leyes anticorrupción aprueba el Congreso de los proyectos radicados, según el acuerdo entre el presidente Duque y los promotores de la fallida consulta anticorrupción.
PD: ayer, mientras escribía esta columna, llegó a mi casa el reconocido juglar, Isaac ‘Tijito’ Carrillo. Me trajo un lindo y grande chinchorro paleteado con los colores de la bandera de Colombia, hecho en San Jacinto, el pueblo natal del juglar, Adolfo Pacheco Anillo, autor de la canción “La hamaca grande”.
Este regalo me lo ofreció ‘Tijito’ hace más de treinta años cuando le resequé unos pólipos rectales a su pequeña hija que, actualmente, tiene más de 40 años. ¡Gracias ‘Tijito’! Con este gesto demostraste que eres una persona agradecida, sobretodo cumplidor de tus promesas. Que sigas alegrando a la gente con tus bellas canciones.
Por José Romero Churio