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Los “pecados” del Estado contra Codazzi

En respuesta a mi columna anterior, denominada ‘Cuando en Codazzi sembraban 80 mil hectáreas de algodón’, lo que significaba una producción envidiable frente al mundo, el expresidente Álvaro Uribe Vélez reaccionó pidiendo: “Ojalá haya una reactivación sostenible y alternada” del algodón.

En su respuesta a mi WhatsApp, Uribe Vélez tendrá razón, pero considero que debió, él, impulsar esas políticas “sostenible y alternada” durante sus ocho años de gobierno; incluso, este gobierno debió adelantar proyectos viables, para restaurarle vida al algodón y a Codazzi.

El Estado –siempre- le ha dado la espalda a Codazzi, porque nunca ha puesto en marcha políticas agropecuarias para reactivar el algodón ni mucho menos para reparar a los más desvalidos.  

Eran miles los ciudadanos, jóvenes y mayores, que cada año a finales de octubre o a mediados de noviembre trabajaban en el proceso de siembra, recolección y desmote del algodón, bautizado el “oro blanco”. El Estado fracasó en su política de empleo en el pueblo. 

Había plata circulante en Codazzi y la región. Miles de ‘cachacos’, del Tolima y Boyacá, bolivarenses, magdalenenses y sucreños y de Colombia, llegaron a trabajar en los campos y desmotadoras. Había empleo para todo mundo.

La bonanza del algodón atraía a mucha gente, unos se enriquecieron y otros siguen aún “batallando” con sus negocios. Al Estado se le olvidó que cerca del Perijá hay un pueblo llamado Codazzi que está pidiendo a grito soluciones para sus campos. 

Muchos recuerdan la “curva vieja”, una calle céntrica en Codazzi (vía al barrio Primero de Mayo) llena de bares y prostíbulos. Una zona de beodos que amanecían en los sardineles, sin un peso en el bolsillo porque todo se lo gastaban en las cantinas con mujeres, en cervezas y licores.

Esos recolectores de algodón y otros trabajadores del mismo recibían semanal sus pagos y todos los fines de semana se lo gastaban en ‘mujeres, ron y música’, como dice la canción.

En cambio, nosotros los estudiantes, como Aníbal Guillermo González, varios de mis hermanos, Fernando Ribón, Jorge Plata, El Negro Guerra, los hermanos Alcibíades y Obguier Vence, Jorge Ríos, etc., teníamos que ahorrar para el colegio y la universidad, y esperar el próximo año para trabajar en las desmotadoras. 

En cambio, los algodoneros se ganaban muchos millones que le servían para lujos, carros, viajes a Europa y para enviar a sus hijos a los mejores colegios y universidades, no solo de Colombia, también del exterior.

Muchos recuerdan las épocas de elecciones al Congreso y a la Presidencia, prometían nuevas políticas para el agro en Codazzi.  Se recuerda que, siendo candidato a la presidencia, llegó a Codazzi Alfonso López Michelsen y lo sorprendió un fuerte aguacero, le tocó dormir en casa de Alejandro Durán, en plena “curva”. Durán era dueño de varios bares en esa zona de tolerancia y un frenético liberal de López. 

Por los años setenta fue presidente Alfonso López y se olvidó de los campos y la gente de Codazzi, su gobierno fue apático al porvenir del pueblo. Ya la “Curva” la habían cambiado de lugar, pero el pueblo estaba ahí esperando su apoyo para salir de la crisis. El Estado le negó al pueblo liberal lo que le dieron para elegirlo.  

Ayer recordaba que en vacaciones cientos de jóvenes estudiantes de secundaria de Codazzi trabajábamos en las desmotadoras de Cenalgón, también llamadas Idema o IFA. 

Recuerdo que trabajé como control de pacas y de semilla, zunchero, saca muestras de algodón, vigilante de pacas y tubero (echar el algodón por un tubo que succionaba). Hasta la próxima semana.

tiochiro@hotmail.com @tiochiro. 

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