X

Los paras precedieron a la guerrilla

A raíz de acontecimientos recientes en los que se ha expuesto la responsabilidad del Estado y de sus agentes de la fuerza pública en los llamados falsos positivos, que involucraron un batallón local,  y las afirmaciones del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, en reciente  conversación pública  con el de las Farc,  Timochenko, quien consideró su condición de ‘agente civil, al servicio del aparato estatal’, ha caído como anillo al dedo  la tesis aprobada con mención meritoria: ‘Memoria del olvido: historia de caso del periodista Guzmán Quintero Torres, Valledupar, septiembre de 1999’, presentada ayer  por  Hamilton Fuentes Centeno, para optar a Magister en Sociología en Política y Conflicto de la Universidad Nacional,  en Bogotá.

Hamilton fue el año pasado encargado de la dirección de este diario y luego se concentró en culminar su tesis sobre un hecho trascendental que envuelve la condición enhiesta del periodista frente a los  gigantes, su casi temeridad frente a las amenazas, su vocación y su postulado de vida, su pregón por la libertad de expresión y de prensa,  representado en nuestro  siempre recordado jefe de redacción Guzmán Quintero.

En resumen del autor:  “Da cuenta del desarrollo de la actividad periodística en medio del proceso de contratación e imposición del proyecto paramilitar en Valledupar, Cesar, entre los años 1995 a 1999 (2005), a partir de esas otras memorias condenadas al olvido e historias de asesinatos de tres periodistas y en particular el caso Guzmán Quintero Torres por considerarlo emblemático (…) Fue necesario describir una serie de factores sociales, políticos e históricos asociados a la fragmentación del poder institucional del Estado local que permitió un análisis sociológico del desarrollo de la actividad periodística en el contexto de las relaciones entre paramilitarismo, el poder regional y la prensa local, a través del concepto que en esta investigación se propone como  Mercenarismo de Estado y sus consecuencias en la imposición de un silenciamiento colectivo a la prensa (…).

Ese mercenarismo es la ‘Organización de una fuerza mercenaria que cumple labores militares ilegitimas e ilegales, en ocasiones sustituyendo a la fuerza pública, al servicio de un Para–Estado y/o estructura paralela de cooptación con financiación de dineros públicos y privados para mantener el monopolio y el control del Estado”, escribe Fuentes.

Expone en su trabajo cómo colapsaba la sociedad.

Reforzamos la idea, ya  esbozada en nuestras páginas  en registro de hechos de violencia,  que el paramilitarismo en el Cesar es anterior a la aparición de la guerrilla en los años 90’s, y tiene su origen en una doctrina de la seguridad que hacía a civiles incómodos en enemigos internos y que mostró desde los 80’s su cara de persecución y muerte de dirigentes sociales y políticos, algunos valiosos profesionales,  como los de Causa Común y la Unión Patriótica,  a los que se les daba la alternativa de exiliarse o morir. Luego vendría, con el cambio de siglo, un segundo embate, en cabeza de una organización civil que fue la autodefensa. Análisis en desarrollo…

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: