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Los medios: ¿Espejos de preferencias?

Por: Raúl Bermúdez Márquez

“Cansado de cosas vanas, se me aburrió la vida, se nota que estoy buscando una alegría perdida” Gustavo Gutiérrez Cabello

Parodiando el verso del flaco de oro, -así bautizó Carlos Alberto Atehortúa a nuestro insigne compositor Gustavo Gutiérrez-, llegó un momento en el que cansado de las cosas vanas de los dos noticieros de mayor sintonía en Colombia me refugié en el que se emite a las 9:30 de la noche bajo la dirección del veterano periodista Yamid Amat. En los fines de semana opté por “la independencia” que enarbola el noticiero, hasta hace poco dirigido por el periodista Daniel Coronel.
En el fondo lo que deseaba era tener la oportunidad de disfrutar de la objetividad periodística, aquella que se desprende de sesgos políticos, ideológicos o personales y rinde culto sobre cualquier otra consideración, a la verdad. Un amigo a quien le comenté la decisión me previno: “el día que exista un medio de comunicación de cobertura nacional o internacional que rompa la telaraña adherente que tejen los grupos económicos, a través de las pautas publicitarias, entonces la opción que le espera es su cierre inminente”. Y puso varios ejemplos, entre ellos la revista Alternativa, El Periódico, -un diario muy bueno que circuló hace unos  25 años-, la ausencia de EL Espectador durante la década de los noventa  y las flores de un día que han sido una serie de revistas y programadores de televisión que adolecieron de la inyección financiera necesaria para garantizar su continuidad.
Y la verdad es que después de lo que he visto y analizado en los noticieros de Yamid y de Daniel, debo concederle la razón al amigo. La diferencia entre los primeros y los segundos es apenas de matices. Todos incurren en sesgos, –condescendencia con unos e intolerancia con otros-, me imagino que dependiendo del tamaño de la pauta publicitaria. Por ejemplo, Yamid en su condición de hincha furibundo y accionista del equipo Santa Fe, nos aburrió hasta la saciedad con los chistes flojos que las parlanchinas del 1, 2, 3 hicieron de la goleada 8-0 del Real Madrid a Millonarios.
En Noticias Uno, formaron un escándalo el domingo pasado porque el alcalde de Bogotá se negó a responder una pregunta que no estaba en la temática para la cual había sido convocada la rueda de prensa. En cambio, las recurrentes salidas por la tangente del expresidente Uribe, con su famosa expresión: “¡siguiente pregunta!” cuando no quería referirse al tema, ni siquiera eran consideradas. Pero no solo en la capital se cuecen habas. El lunes pasado el rector de la UPC, Jesualdo Hernández,  convocó a una rueda de prensa para compartir con el periodismo de la región la noticia de que en materia de Indicadores de Gestión el “álma máter cesarense” había dado un gran salto desde la posición 32 en el 2010 a la No. 11 en el 2011, entre las 32 universidades públicas del país, y la sorpresa que encuentro en EL PILÓN del día siguiente es el titular: “UPC sale de los últimos lugares”. No se destaca el gran esfuerzo realizado, sino el hecho de que la UPC está saliendo de los últimos lugares. Por qué no un titular comoestos: “La UPC: segunda universidad en Indicadores de Gestión en la región Caribe” o “En indicadores de gestión: La UPC entre las 11 mejores universidades públicas del país”.  Es claro que el periodista quiso hacer énfasis en los errores del pasado, más que en los aciertos del presente… y esa es una manera de introducir sesgo en la información. Surge una pregunta que debería ser motivo de una juiciosa y profunda investigación por parte de los conocedores del tema: ¿Cómo carajos deberán estructurarse y blindarse los medios de comunicación para que no se convierta en espejo de preferencias o antipatías?

raubermar@yahoo.com

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