“Necesitamos familias que tengan a Dios presente. Si él no está, siempre va a faltar algo”. Con esta frase el padre Alberto José Linero invitó a las más de mil personas que asistieron al XI Congreso Diocesano de Parejas, a tener presente la palabra de Dios, de no dejar escapar la oportunidad para pedir una bendición y menos de excluir a la pareja e hijos de las oraciones.
El evento organizado por la Comisión Diocesana de la Pastoral Matrimonial y Familiar de la Diócesis de Valledupar, sirvió para compartir, dialogar, orar y profundizar en aspectos relacionados con la familia cristiana con respecto a Iglesia, en el que se concentraron parejas los días domingo y lunes con fe y devoción.
“Ahora los matrimonios se han vuelto Hollywood, ahora en las bodas el novio pide permiso para cantarle una canción a la mujer o ella quiere cantarle a él, ¿eso qué es?”, dijo el sacerdote que se identificó ante el público como una persona temperamental.
En medio de su charla, Lineros aseguró que los matrimonios están perdiendo espacios importantes por falta de diálogo y confianza entre el marido y la mujer. “Cuando una persona llega cansada a la casa, no quiere escuchar cantaletas, tratará de conseguir un espacio de felicidad y amor”.
Agregó que se necesita el afecto de la sexualidad, porque ese era un don y no un pecado.
El mensaje del presbítero Alberto Linero estuvo basado en la conciencia moral y el efecto de las buenas acciones en la familia como la mejor escuela para crear relaciones comunitarias y fraternas. Siempre contó anécdotas que lograron darle un diálogo ameno con los asistentes que al final estuvieron de acuerdo con los consejos del sacerdote.
Este Congreso Diocesano de Parejas se propone alentar a los hogares cristianos en la formación de una recta conciencia moral. La familia es la mejor escuela para crear relaciones comunitarias y fraternas, frente a las actuales tendencias individualistas y materialistas, ha dicho la comunidad de la Diócesis en la capital del Cesar.
La celebración se realiza en el Coliseo del Seminario Juan Pablo II, bajo la coordinación del padre Enrique Iceda.
El mensaje del sacerdote Alberto Linero estuvo basado en la conciencia moral y el efecto de las buenas acciones en la familia como la mejor escuela para crear relaciones comunitarias y fraternas.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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