El mapa de propietarios en el departamento del Cesar, con especial énfasis en su capital, ha cambiado ostensiblemente. El programa de viviendas gratis del gobierno del presiente Juan Manuel Santos, ha logrado que más de 3.000 familias cesarenses cuenten con casa propia, una estrategia con un propósito claro, como es darle la oportunidad a las familias que viven en situación de extrema pobreza y que no pueden acceder a créditos bancarios para tener su casa propia.
Valledupar se ha convertido en ejemplo nacional, por ser una de las ciudades donde se ha entregado un número representativo a través de los proyectos de vivienda de interés prioritario (VIP), en las urbanizaciones ‘Nando Marín’ y ‘Lorenzo Morales’, que se unirán pronto a las casas VIPA (para ahorradores que ganen un salario mínimo), como el proyectado conjunto residencial ‘Freddy Molina’. Una dinámica en ascenso que pone al día a la ciudad, después de un rezago de varios años.
Es visible el panorama actual, que ha generado no solo mejores oportunidades y una vida digna a las familias beneficiadas, sino que ha contribuido al empleo, a mejorar la convivencia[AF1] ciudadana al estar frente a una propiedad horizontal.
Son logros importantes. Pero no todo el camino está recorrido. Faltan otros frentes por trabajar que contribuirán a mejorar aún más la vida de estas familias que de por sí, han vivido en medio de necesidades: el 52 % son familias víctimas del conflicto armado y el 47 % población vulnerable. Aprovechando que hoy visita la ciudad el presidente-candidato Juan Manuel Santos, es oportuno recordarle que estas familias requieren ahora unas vías de acceso en buenas condiciones, seguridad para sus barrios y servicios públicos oportunos (el colector oriental de la ciudad beneficia a gran parte de estas familias). Es claro que los avances han sido importantes en este periodo de su gobierno, pero falta más.
Lo mismo ocurre con otros temas que son de interés general para los cesarenses y que no deben olvidarse ni salir de la agenda del Presidente de la República, como son los proyectos Los Besotes en Valledupar y Buturama en Aguachica, para resolver el problema del agua; el sostenimiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional, el fortalecimiento de la Universidad Popular del Cesar que es del resorte nacional, con más de 13 mil estudiantes y poco presupuesto. Las sinergias entre un departamento al que le llegan millonarios recursos de regalías (que no han disminuido con el nuevo Sistema General) y un Estado con proyectos de impacto como el de viviendas gratis, ley de víctimas y un proceso de paz en camino, deben contribuir a un estable presente y a un futuro mejor.