Ayer asistimos a una rápida presentación del director de Planeación Nacional, el vallenato Luis Alberto Rodríguez, sobre el Pacto territorial Cesar-Guajira, en las conversaciones semanales del Área Andina, que coordina Carlos Cesar Silva.
Mencionó el funcionario la sede de la Policía Metropolitana, en ejecución, y el plan vial, que resaltó como un convenio que alcanza el medio billón de pesos y en el que coloca la nación un 70 %. “La nación anualmente invierte en vías terciarias unos $100 mil millones, y por el Pacto va a poner $350 mil millones para invertir solo en el Cesar”. También manifestó la importancia de la carretera Cesar-Guajira, cuya inversión de más de un billón la contratará la ANI, entendemos bajo la modalidad de concesión. Y finalmente recordó el propósito de obtener los estudios definitivos del embalse de Besotes para asegurar el abastecimiento de agua a la ciudad en las próximas décadas.
Por tiempo no fue posible evacuar las preguntas de la audiencia de mas de 100 estudiantes de la Andina, Udes, UPC y Universidad Nacional; también había presencia de estudiantes guajiros.
¿Cuáles son las preguntas de los estudiantes que quedaron en el tintero?
Se preguntan qué mejoras en los sistemas de salud en los dos departamentos ha previsto el Pacto. No hemos escuchado que el pacto aborde ese aspecto – y por eso no vamos a criticarlo, pues hay otros instrumentos directos a través del Ministerio del ramo para abordarlo-, pero dada la crisis de la pandemia y la consecuencial sobre el sistema de salud, acentuada en los últimos días por la explosión regional de contagios, es lógico preguntarlo.
Se preguntan sobre cómo se aborda el tema de la protección de la biodiversidad y la reducción de la inequidad en la región. Dos temáticas muy presentes hoy en círculos académicos y universitarios. De modo que a continuación se escribieron en YouTube preguntas sobre si esas infraestructuras proyectadas en el Pacto debían agotar las consultas previas y afectaban territorios indígenas o afrodescendientes. Afloraron preguntas sobre las aguas residuales mal tratadas y vertidas sobre el río Cesar.
¿En qué tiempo se ejecutarán los proyectos? ¿Sí se les hará seguimiento? ¿No quedarán inconclusas por el cambio de Gobierno nacional, dado que el Pacto tiene un plazo de 5 años? ¿Serán elefantes blancos? Y, respecto a esa inquietud, a sabiendas de que el pacto es de reactivación, surgió el interrogante de cómo se van a generar prontas oportunidades de empleo. ¿De dónde se va a seleccionar el personal requerido?
Hay manifestaciones sobre qué se ha previsto para garantizar el mantenimiento de las vías; los estudiantes guajiros hacen reparos sobre los peajes, una oposición que hace 4 años dio al traste con la concesión Cesar-Guajira.
Por supuesto, es reiterada la preocupación de que no se desvíen los recursos, mostrando la desconfianza de los jóvenes sobre la transparencia en la contratación de las obras públicas. En la reciente encuesta Invamer de Caracol TV y Blu Radio, se identificó la corrupción como la primera preocupación de la ciudadanía muy por encima de la economía o la pandemia.