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Los jóvenes, un mundo que no es color de rosa

El debate sobre Ser Pilo Paga y las alarmas prendidas por académicos sobre la brecha intergeneracional, evidencia que más allá de la moda de millennials, los jóvenes en las regiones del país se enfrentan a un mundo que no es precisamente color de rosa.

Si uno se detiene a considerar algunos de los principales desafíos de la actualidad (incluidos el cambio climático, las pensiones, la deuda pública y el mercado laboral), surge una conclusión obvia: hoy ser joven es relativamente mucho peor que hace un cuarto de siglo, afirma en un artículo el profesor Pisani de la Universidad de Berlín.

El profesor Pisani plantea que el clima, la deuda, las pensiones y el empleo, son cambios sucedidos a lo largo del último cuarto de siglo que perjudicaron relativamente más a las generaciones jóvenes. Para él, un símbolo elocuente es que a menudo la pobreza es mayor entre los jóvenes que entre los viejos. Esto debería ser un tema político prioritario, con importantes consecuencias para las finanzas públicas, la protección social, la política impositiva y la regulación del mercado laboral.

A lo largo de la última década, las condiciones para los jóvenes que ingresan al mercado laboral han empeorado apreciablemente en el país. Los jóvenes “ni ni” (que ni estudian ni trabajan) hoy son casi 1,5 millones en Colombia, ¿cuantos hay en el Cesar y en Valledupar?, ojalá los nuevos planes de desarrollo logren acercarse a esta realidad que se mantiene subterránea, pero enemiga silenciosa para la productividad regional y local.

Además, muchos de los que ingresaron al mercado hace poco han sufrido precariedad laboral y períodos reiterados de desempleo. En las regiones de Colombia, en especial zonas mineras y petroleras, los trabajadores jóvenes son los primeros en sufrir las desaceleraciones económicas

En general, los padres no son egoístas, y ayudan a sus hijos con mesadas o mensualidades. Pero solo aquellos que cuentan con ingresos y patrimonio suficiente pueden dar una ayuda significativa. El resultado de descuidar a los jóvenes colectivamente mientras se los ayuda privadamente es desigualdad social a gran escala, escribió recientemente Stiglizt para New York Times.

Pero la nueva brecha generacional ha tenido poco efecto político directo. Apenas se menciona en los debates electorales y generalmente no condujo a la aparición de nuevos partidos, solo movimientos efímeros como la ola verde. Pero en sociedades que envejecen, cuanto más se abstengan los jóvenes de votar, más se alejarán de sus intereses las decisiones del congreso y gobiernos.

Los jóvenes perciben una ausencia de justicia intergeneracional, no es raro que las recientes protestas en el país, sean liderados por ellos.

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Roberto Carlos Núñez Vega: