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Los héroes y esclavos del folclor y la cultura

Trabajar con las uñas es demasiado difícil, pero cuando todo se hace con amor y sin pasiones desaforadas, nada es imposible.

Todo lo bueno que existe en el mundo proviene del esfuerzo de la gente buena, de esa que siempre ha pensado que es mejor edificar que destruir y así en cada lugar, cada día se dan esfuerzos en personas dignas de imitar, porque con su entusiasmo y amor regional, levantan historias bajo las realidades que para cualquier pesimista y pobre de espíritu nunca se darían.

No hace pocos días asistí a una pequeña y no usual reunión para la entrega de un pergamino a una institución que, muchos no tienen la mínima idea de su existencia y por consiguiente mucho menos en manos de quien radica esta obra que empieza a levantar una nueva historia dentro de la cultura y folclor de nuestra región, que con sacrificios inmensos se ha venido desarrollando por una persona a través de una familia compuesta por un padre, una madre, e hijos que, yo llamo altruistas no por ponerle un nombre a algo, sino por la expresión de amor a su región, que dicho equipo desarrolla como resultado de su esencia, la cultura, combinada con la modestia y la humildad que les ha permitido sacrificar tiempo, recursos económicos, sociales y laborales para estacionar una obra que hasta hoy ya es una realidad palpable.

Lo que no ha de ocurrir no podrá ser noticia, pero ya ocurrió, y hoy es la nota más importante que en mucho tiempo no se escuchaba, ni se hacía realidad para la cultura de nuestra región  con la entrega oficial de la declaratoria como referente Cultural de la Región Andina, pues con este pergamino, no para entenderlo como un acto político más de esos que sirven para degradar los entusiasmos bajo el uso del engaño conveniente, sino como la integración del Museo De La Acordeón a la política económica nacional a través del Parlamento Andino, lo cual le permitirá a los entes territoriales incluir unos recursos predeterminados para la recreación, cultura y deportes estando priorizados los entes que gocen de este reconocimiento, como el que en ese momento se daba al Museo Del Acordeón de manos del Parlamento Andino como institución compuesta por varios países suramericanos con aliados de otras latitudes como Turquía y Marruecos, cuya función y misión es el apoyo a los temas alusivos para abrir esperanzas de desarrollo en el campo de la cultura, el folclor y todas las demás actividades correlativas. 

Hermoso y sencillo acto, promovido por el representante a la Cámara, nuestro amigo Juan Manuel Daza, donde a través de las intervenciones del secretario general del Parlamento Andino con sede en Bogotá, Eduardo Chiliquinga M. y la intervención del Representante a la cámara por Antioquia Oscar Pérez P., quienes con una retórica plena de respeto y honestidad esbozaron en pocas palabras el beneficio de aquella distinción recibida para el Museo De La Acordeón por el querido amigo Beto Murgas, músico y compositor con muchos valores en él, siendo los más importantes la sencillez y la modestia, quien en agradecimiento y con su intervención haciendo uso de otro honor más, el del genio, interpretaba con increíble coordinación y memoria al son de su acordeón, una crónica recitada, escrita años atrás por el fabuloso Garcia Márquez, quien describía el origen del acordeón, su recorrido y estadía en muchas partes del mundo, acompañando al tango, las milongas, las polkas, y otros tipos de músicas hasta llegar a la provincia vallenata, y así, daba una clase del valor del acordeón en la música del mundo.

Nada impresiona tanto como la inteligencia del hombre modesto y humilde, por ello salí de allí emocionado e impresionado en forma tal que exclamé: Este amigo nos acaba de dar una lección exacta de cómo se maneja el arte y la cultura y por qué hace todo lo que está haciendo, y por qué lo hace; simplemente concluí: “Ama lo que hace con la naturalidad escondida del genio”; despierta el orgullo de ser su amigo.

Es lamentable que en algunos países del mundo, la mayoría  diría yo, la escala de valores para tasar a los servidores e instituciones de la educación y la cultura, esté totalmente invertida y no se tengan en cuenta los conocimientos, ni los incansables sacrificios, ni los inmensos esfuerzos, ni los desprecios a que muchas veces son sometidos y en las tarimas del escarnio público son exhibidos cuando cometen alguna falla profesional, como suele suceder con los seres humanos civilizados y coherentes con la sociedad en que conviven y con el trabajo que ejecutan.

Sin embargo, son los héroes y esclavos, porque a la hora de la verdad se les valora por debajo de la escala natural de las necesidades de la vida. 

A los ministros de todas las latitudes, es hora de poner en orden estas situaciones, los héroes y esclavos de la cultura lloran en el silencio por sus sacrificios sin dolientes.

Que agradable es no estar solo. El mundo se arrodilla a nuestros pies y así mismo avanza al ritmo de las emociones sentidas, que son las que destronan a la soledad, por eso allí estuvimos haciéndole compañía a nuestro querido amigo y su familia, los que recorremos caminos mirando la vida de frente y sin egoísmos. 

Si se conoce algo de memoria, se es instruido, y si se comprende su contenido, se es un hombre culto, y en la medida en que se acaricia la razón de algo, se es más culto, por ello no hay que volverse amante del silencio, aunque este permite analizar lo que se piensa sobre una persona o cosa y en Beto Murgas con su intervención, se vio por excelencia la humildad del emprendedor retratada en su rostro de genio y figura, que necesita del impulso de una sociedad política y económica, no con muestras de indiferencia hacia la cultura,  sino con deseos de solidaridad permanente con la misma

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Fausto Cotes: