El primero fue Francisco Moscote Guerra conocido como Francisco El Hombre. Nació en Galán, La Guajira, su leyenda es la base fundamental de nuestra música, porque desde el instante en que derrota con el credo al revés al señor de las tinieblas, convierte al vallenato en música de luz. De él se conoce la primera canción que se le compuso a una mujer titulada ‘Chencha’.
El gran Francisco Irenio Bolaños Marzal, conocido como Chico Bolaños; acordeonistas muy conocidos como Emiliano Zuleta Baquero, Luis Villar, Rosendo Romero Villareal, Alejo Durán, Pacho Rada, dieron testimonio de este acordeonista, quien fue el que enseñó a tocar los bajos en el acordeón y a tocar los cuatro aires juntos. Nació en El Molino, La Guajira, con abuela villanuevera. De Chico Bolaños se conoce la segunda canción de enamoramiento a una mujer, hasta ahora titulada ‘Catalina Daza’.
Tobías Enrique Pumarejo, conocido como don Toba, este es el primer compositor de la música vallenata que se hace escuchar sin ser acordeonista. Su inspiración está enmarcada en géneros: lírico, romántico, elegía y costumbrismo. Se abren dos vertientes plenamente definidas, la vertiente Escalona, y la vertiente Gutiérrez Cabello. Se puede decir sin caer en la pedantería que don Toba es “el papá” de todos los compositores vallenatos, canciones románticas de don Toba; ‘Cállate corazón’, ‘La cita’, ‘Mírame’, entre otras en otros géneros. Don Toba nació en Patillal, Cesar – Guajira.
Luis Enrique Martínez, nació en Los Haticos, La Guajira; este acordeonista coloca la interpretación de una canción vallenata en el orden universal de la interpretación, porque le hace una introducción, preparación para entrar al canto, después de cantada la primera estrofa le hace un intermedio musical -lo que algunas personas llaman “puente”- se utiliza aquí una metáfora para hacer un parangón entre la ingeniería y la música, cantada la segunda estrofa, Luis Enrique aborda nuevamente el acordeón, con un arreglo que se adorna, con una hermosa finalización. Luis Enrique sí tocaba el acordeón, por que los bajos en ocasiones alcanzaban mayor protagonismo que las notas de la mano derecha.
Esperábamos que los investigadores del Centro Cultural de la Música Vallenata rastrearan a estos guías tal como lo propone el medico Adrián Villamizar, con su herramienta de investigación que llama ‘Placeres tengo’, pero por lo que sabemos, al centro lo van a llenar de entrevistas y biografías, algunas son fáciles de encontrar en Wikipedia. Desde un comienzo antes de que se diera la iniciativa de crear un centro cultural advertí que los procesos investigativos tenían que ser liderados por la academia, aun se puede.
Jorge Oñate, nació en la Paz, representa la evolución del canto vallenato, el resto ustedes lo conocen.
Rosendo Romero Ospino