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Los grandes retos del nuevo Minhacienda

El presidente electo Juan Manuel Santos Calderón, ha querido enviar una serie de mensajes a los colombianos, y a la comunidad internacional, sobre su estilo de gobierno y sus diferencias con su antecesor y anterior jefe, Álvaro Uribe Vélez.
Santos Calderón ha dado muestras de que quiere marcar una gran diferencia, por lo menos de forma, con Uribe Vélez. Se ha mostrado más conciliador en su comunicación, más abierto políticamente con su propuesta de gobierno de Unidad Nacional y ha planteado una agenda distinta, en la cual estará, sin lugar a dudas, el tema de la seguridad, manteniendo la política de seguridad democrática de la cual fue líder como Ministro de Defensa, pero todo indica que el foco de su gobierno será la política económica y social.
En efecto, la designación de Juan Carlos Echeverry Garzón, como nuevo Ministro de Hacienda y Crédito Público, fue la primera noticia que dio el presidente electo. Se trata de un nombramiento eminentemente técnico, aparentemente, por encima de consideraciones políticas.
Echeverry Garzón es un joven economista egresado de la Universidad de los Andes, que se identifica como del partido conservador, pero es más conocido por su gestión al frente de Planeación Nacional, durante del gobierno del Presidente Andrés Pastrana Arango, y como tecnócrata y catedrático.
Ojalá que en el resto de la selección y designación del gabinete de Santos prime el mismo criterio técnico y meritocrático, que los criterios políticos que algunos críticos por anticipado ya pronostican.
Es amplia y compleja la agenda del joven nuevo ministro, y para abordarla requerirá una gran coordinación de sus temas (los fiscales), con los de la Junta Directiva del Banco de la República, que por Constitución y por Ley tiene la administración de las políticas cambiaria y monetaria.
Una buena coordinación, adecuada y oportuna, entre los realizadores de las políticas macroeconómicas es un requisito necesario, pero no suficiente para un buen paquete de políticas públicas en materia de economía.
En materia macroeconómica los principales retos están relacionados con el tema del desempleo; el presidente Santos habla de generar más de dos millones de nuevos empleos y formalizar unos quinientos mil de los empleos actuales.
Además, tendrá que afrontar un estrecho margen fiscal, que le implicará un aumento en los recaudos tributarios y un recorte de gasto público, teniendo en cuenta promesa de Santos de no aumentar los impuestos, siempre y cuando la economía se mantenga en una buena senda de crecimiento.
Pero para lograr unas buenas tasas de crecimiento económico, ojalá superiores al 5 por ciento, Echeverry Garzón considera que se debe trabajar en una serie de políticas sectoriales y que tienen que ver con los temas microeconómicos, es decir, revisar aspectos relacionados con la productividad, competitividad y eficiencia de las unidades productivas: las empresas.
En este sentido, el gobierno tendrá que concertar con el sector privado, como lo ha propuesto el vicepresidente electo, Angelino Garzón,  una serie de reformas que permitan formalizar a miles de empresas que en Colombia están en el sector informal, por supervivencia.
Y este proceso toca aspectos vinculados con la tributación, el acceso a crédito en mejores condiciones a las actuales, la capacitación del personal y la consecución de nuevos mercados, entre otros cuellos de botella que afronta nuestro sector productivo.
El nuevo Ministro también tiene grandes retos con las regiones, con la Costa Caribe y – en particular- con el departamento del Cesar. En el tema de las regiones, recordemos que el presidente Santos se comprometió a apoyar la creación del Fondo de Compensación Inter-regional, que busca reducir las brechas en materia de indicadores sociales entre las distintas regiones del país.
En segundo término, está el apoyo a la reglamentación de las normas constitucionales que faciliten la constitución de la Región Caribe, como lo votaron los habitantes de esta zona del país el pasado 14 de marzo.
Y en el caso específico de nuestro departamento, El Cesar, esperamos que el nuevo ministro tenga en cuenta viejas aspiraciones de esta zona del país en la elaboración del Plan de Desarrollo que tendrá que formular el próximo gobierno, como es el tema de Besotes y las carreteras que ya se encuentran en marcha, entre otros. Nos preocupa, en particular, la reforma al tema de las regalías que se está cocinando en Bogotá  y que, en principio, implicaría un menor flujo de recursos para los municipios productores y el departamento, como un todo, teniendo en cuenta las ingentes y dramáticas necesidades que afrontan, diariamente, los habitantes del El Cesar,  en otros años considerado departamento “piloto” de Colombia.

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