Cuando un cigarrillo se enciende entra en combustión una mezcla de más de siete mil sustancias químicas, de las que al menos 70 causan cáncer y otras afecciones en fumadores activos y fumadores pasivos. Estos últimos son aquellas personas que aunque no lo consumen, en algún momento respiran el humo que es emitido por la punta del cigarro encendido.
El aire contaminado por el humo de tabaco (ACTH) que se desprende del extremo del tabaco es más dañino que el humo que inhala el fumador, ya que al no estar sometido a ningún tipo de filtro, contiene mayores concentraciones de sustancias nocivas.
Este es el caso de Mariana*, una fumadora pasiva de 22 años que padece afecciones de tipo respiratorio debido a que desde niña creció en ambientes contaminados por el humo de cigarrillo puesto que por muchos años convivió con parientes fumadores.
“Mi hermano mayor fuma desde muy jóven y como vivíamos apretados, compartimos habitación por muchos años. El no fumaba frente a mis papás, pero cuando ellos no estaban o en las noches, se encerraba en el cuarto a fumar sin importarle que alguien estuviera allí. Era incómodo pero tampoco le preste mucha atención, en este país es muy común sentir ese olor, entonces solo me cubría la boca y la nariz. Pero a los 13 años, empecé a enfermar demasiado y cuando me vio el especialista, me dijeron que tenía una bronquitis aguda, que luego se convirtió en crónica, a causa de todos los años en los que involuntariamente fui una fumadora”, indicó la joven.
Según Mariana*, aunque no sufre de ningún padecimiento de mayor gravedad, debido a las secuelas de la bronquitis, ahora es más propensa a contraer infecciones respiratorias y otros malestares. Además, no puede mojarse con la lluvia porque eso le provocaría resfriados y gripes que normalmente, la acompañan durante 20 días, como mínimo.
Según datos suministrados por la Liga de Lucha contra el Cáncer, seccional Cesar, por año mueren de manera prematura cerca de 600 mil fumadores pasivos, de las cuales, el 28% está representada por niños menores de 15 años; mientras que los infantes cuyos padres o parientes cercanos pertenecen a la población fumadora, tienen mayores probabilidades de adquirir infecciones respiratorias e índices ligeramente inferiores en el desarrollo de sus funciones pulmonares.
Según la OMS, los niños son especialmente vulnerables a los efectos del tabaco. Alrededor de 250 millones de los infantes que están vivos en el mundo hoy morirán por causa del tabaco, puesto que los fumadores pasivos presentan, con mayor frecuencia que los que no lo son, alteraciones respiratorias, cardiacas, otorrinolaringológicas e incluso cáncer de pulmón.
El drama del fumador
Jesús Naranjo tiene 52 años y desde muy joven fuma. Cuando tenía 15 años, conoció el cigarrillo y no lo ha podido dejar, a pesar de que ese vicio ocasionó que en repetidas oportunidades lo rechazaran algunas de sus parejas, sus hermanos e incluso sus padres.
Según Jesús, cuando fuma encuentra una sensación de placer, que lo relaja, especialmente en esos días en los que el estrés, las preocupaciones y el cansancio se hacen insoportables.
“Yo crecí en el campo en esa época donde las cosas eran más difíciles y todo el mundo fumaba. Eso sucede mucho en los pueblos; el cuento es que una vez que tienes un hábito o un vicio, es difícil salir de él. Uno sabe que eso hace daño, pero en realidad muchas cosas también lo hacen y de algo te tienes que morir”, dice Jesús para justificar su adicción.
Recuerda que cuando empezó su vida como fumador consumía entre dos y tres cajetillas de cigarrillo por día, pero con el pasar del tiempo, con el inicio de una vida en familia, con esposa y tres hijos, redujo el consumo, entendía que no era una conducta sana para sus seres queridos, al convertirlos en fumadores pasivos.
Así como Jesús, en el mundo existen millones de personas que día a día fuman cigarrillo o tabaco; algunos lo hacen por moda, otros por las mismas razones que expuso este hombre de 52 años y otros simplemente por experimentar.
Desde 1987, a nivel mundial se celebra hoy el día sin tabaco o del no fumador, por iniciativa de la Asamblea Mundial de la Salud que invita a los fumadores de todo el mundo a que se abstengan de fumar.
El medico neumólogo, Juan Antonio Riesco, explicó que una persona fumadora está expuesta a contraer graves problemas de salud que no solo afectan al sistema respiratorio, sino a todos los órganos.
“Los fumadores no son conscientes de que un cigarrillo es un producto diseñado para crear y mantener la adicción; la nicotina tiene una capacidad adictiva que supera cinco veces a la de la cocaína, y su única finalidad es producir una falsa sensación de placer que engancha y además, es una adicción que, además, acaba matando a la mitad de sus consumidores habituales”, explicó el especialista.
Según el galeno, el tabaco es el responsable del 30 por ciento de los decesos por cáncer: el 20 por ciento producidas padecimientos cardiovasculares y el restante, a causa de enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC).
“Si nos centramos en las enfermedades respiratorias, la estrecha relación entre tabaco y EPOC está demostrada, y sabemos que una de cada cuatro personas fumadoras padecerá esta dolencia. También sabemos que los fumadores tienen hasta cinco veces más riesgo de sufrir neumonías que los no fumadores en la población general sana”, añadió.
También aclaró que la gravedad de las afecciones depende en gran medida del tiempo de consumo que el individuo dedica a estas sustancias nocivas.
Cigarrillo, el asesino silencioso
“Un día empecé a sentir un sabor a sangre en la garganta, pero no preste atención porque a veces me sucedía eso cuando tosía. Pero después con el paso del tiempo, ya no solo era el sabor a sangre sino que también la escupía, comencé a tener problemas para respirar y en ocasiones me pasaba que me quedaba sin habla, se me quebraba la voz. Cuando me hicieron los estudios descubrieron que mis pulmones estaban muy deteriorados, que ya no estaban funcionando bien”, así explicó Jesús Naranjo cómo se manifestó el cáncer de pulmón contra el que hoy lucha.
Jesús, ahora se cansa con mayor facilidad, no tiene la misma energía y se ve acabado físicamente, porque el asesino silencioso no solo hizo daño dentro de su cuerpo, sino que en su exterior; le dio una apariencia un poco mayor y perdió el apetito.
Según el reporte de la Liga de Lucha contra el Cáncer, en nuestro país mueren más de 21 mil personas por año, 57 de ellas por día, por causas relacionadas con el uso del cigarrillo; mientras que a nivel mundial, son más de seis millones las personas que pierden la vida por enfermedades asociadas al tabaquismo.
De acuerdo a un informe de la Corporate Accountabiluty Internacional, reconocida por la Organización Mundial de la Salud, a pesar de que solo el 13% de la población colombiana lo consume, se descubrió que los fumadores iniciaron este ejercicio cuando tenían 12 años, lo cual causa preocupación para las organizaciones de salud en las diferentes sectoriales, toda vez que a la fecha, el 30% de los adolescentes son fumadores y entre más temprana es la edad de inicio en esta práctica, mayor es el riesgo de que la persona pueda desarrollar enfermedades crónicas por el consumo de tabaco.
Las proyecciones para el año 2030 refieren que el tabaco será la causa principal de muerte y discapacidad en todo el mundo, con más de 10 millones de víctimas mortales.
En el humo del cigarrillo se encuentran, junto a la nicotina, más de 4.800 sustancias químicas, de las cuales más de 70 son cancerígenas o sospechosas de serlo.
Según las estadísticas reveladas por el Ministerio de Salud de Colombia, la población fumadora del Cesar representa el 5,2% a nivel nacional.
Por Daniela Marbello / EL PILÓN
danielamarbello@hotmail.com