No han parado los ataques indiscriminados, contundentes, obsesivos, por parte del presidente Petro, contra los medios de comunicación y los periodistas, señalándolos y dejando entre dicho. Que son sus peores enemigos, así lo dejó entre ver en el discurso del pasado miércoles…
Pues no, señor presidente, sus enemigos son sus propios amigos, aquellos que lo ayudaron a consolidar la llegada a la Presidencia y que hoy han destruido 40 años de su trabajo político…
Los medios de comunicación y los periodistas hacen y seguirán haciendo su trabajo, esa labor social que ha dejado periodistas asesinados, amenazados y exiliados, solo por mantener informado de la verdad a un país como Colombia, en donde es un crimen ser periodista.
Sus enemigos, señor presidente, son los grupos alzados en armas, la delincuencia organizada y común, los narcotraficantes y demás, que después de que usted les ofreciera una paz total, siguen secuestrando, asesinando policías, militares, líderes sociales, niños y niñas, sin contemplación alguna, sin contar los múltiples desplazamientos que han dejado desde que asumió como presidente.
Esos grupos son sus enemigo y los enemigos del pueblo colombiano, a ellos es que tienes que combatir con firmeza y sin tregua alguna y no a los medios de comunicación y a los periodistas, que con sus señalamientos le hace un grave daño a la democracia y al Estado social de Derecho.
Que hubiese pasado, señor presidente, si no sale a la luz pública el atroz delito del polígrafo ilegal y chuzadas, de esas dos humildes mujeres que merecen toda la consideración y respeto de su Gobierno (a cambio de ellos, usted elogió a su victimaria). Seguiríamos con las famosas chuzadas que tanto daño le han hecho a la institucionalidad, es decir, señor presidente, tiene que darse por bien servido, no puede pensar hacer como el gato, porque entre más tape y tape más fuerte será el olor.
Colombia todavía goza de una democracia, que no se puede empañar por el más mínimo asomo de una dictadura, y eso lo garantiza la libertada de prensa, como uno de los poderes que busca dentro su trabajo social mantener informado a un pueblo sin distinción de raza, color u organización política.
No soy periodista, señor presidente, pero como profesional debo ser solidario con ese gremio de mujeres y hombres que aman lo que hacen, pero que reciben desprecio, señalamientos y odios, por descubrir la verdad.