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Los elefantes de Valledupar

Cuando se acerca el fin de cada vigencia, los balances y las revisiones a las metas y planes, incluso las personales, salen a relucir en todos los ámbitos de la vida política, social y gremial. EL PILÓN hará desde hoy y hasta el 31 de diciembre un repaso sobre los cumplimientos e incumplimientos del sector público, que finalmente es el que afecta o beneficia a toda la comunidad.

Sin embargo, antes de entrar en detalles de los proyectos que se quedaron en palabras y no traspasaron la línea de la realidad, queremos recordar que pasará un año más y Valledupar seguirá con los elefantes blancos que ya hacen parte de la arquitectura urbana. En un informe especial hoy mostramos siete ejemplos de elefantes blancos, como se bautizó a las obras que comienzan pero nunca terminan, las que solo sirven para afear la ciudad y para que se pierdan importantes recursos que bien pudieron invertirse en otras obras de mayor beneficio comunitario.

La Unidad Oncológica es el elefante blanco más viejo de la ciudad, lleva once años esperando que ocurra el milagro y ahí, en una infraestructura deteriorada, hay invertidos cerca de ocho mil millones. Le sigue en su orden el Centro Comercial la Granja, hoy convertida en escombrera, donde se perdieron tres mil millones, para terminarlo se necesitan 25 mil millones. El Hospital Materno Infantil, el área de baños de la plaza Primero de Mayo, la Concha Acústica del barrio Doce de Octubre, son otras de las obras que se convirtieron en monumento a la desidia pública.

Pero quizás el elefante blanco más nuevo en el que están invertidos más de cinco mil millones de pesos, es la sede bioclimática que comenzó a construir Corpocesar, pensado como un proyecto demostrativo de arquitectura bioclimática.

A todas estas obras mencionadas las une un elemento común: la corrupción y la falta de disposición política para terminarlas. Algunas de ellas llevan casi tres gobiernos en línea sin que encuentren la luz al final del túnel. Estas obras inconclusas, que no avizoran una terminación en el mediano o corto plazo, deben ser los elementos de juicio que debe tener en cuenta la ciudadanía para elegir a los próximos gobernantes. No se requieren más promesas, es hora de elegir gobernantes conscientes de las necesidades de la comunidad, que piensen primero en la gente, segundo en la gente y tercero en la gente, no en sus intereses. Por sus obras los conoceréis.

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