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Los efectos de la propaganda electoral

Por Carlos Guillermo Ramírez 

Sin dudas, la propaganda electoral, cada vez adquiere una importancia decisiva en los procesos electorales. Se trata de una actividad estratégica, táctica y por demás  lícita,  que influye decisivamente en la percepción de los electores frente a la imagen de los candidatos y por ende,  en la escogencia de los gobernantes. De hecho hoy las campañas en cabeza de los partidos políticos y de los mismos aspirantes acuñan un grueso rubro destinado a esos menesteres. Según, Edmundo González,  experto en el tema, la palabra propaganda proviene del latín propagare, que significa reproducir, plantar, lo que, en sentido más general quiere decir expandir, diseminar o, como su nombre lo indica, propagar.

Persigue influir en la opinión de los ciudadanos para que adopten determinadas conductas; supone un conjunto de acciones que, técnicamente elaboradas y presentadas, particularmente por los medios de comunicación colectiva, influyen en los grupos para que piensen y actúen de determinada manera. Sin embargo, hoy día la tendencia es hacer propaganda negativa entre adversarios a las mismas curules o cargos de elección popular, casi que  rayando con los postulados de la ética y los valores morales, lo que muchas veces termina en denigración, en descredito o en  menosprecio a los oponentes, por encima de  la promoción de las ideas o las plataformas políticas e ideológicas.

Desafortunadamente  este tipo de campañas viene produciendo réditos electorales, incluso ya hay asesores expertos en el tema, encargados de jugar en elecciones con este tipo de estrategias,  quienes lo que hacen es distorsionar la voluntad electoral primaria,  reducir los niveles de participación y desviar la atención de los votantes a cuestiones no sustantivas;  olvidando que las campañas políticas están diseñadas para movilizar  al electorado tratando de hacer más atractiva una opción política versus otra, pero frente a condiciones como  calidades,  propuestas, experiencia, logros etc, pero nunca bajo la injuria,  ni la calumnia,  y pensar que  estudios que se han realizado sobre el tema  señalan que los candidatos que son percibidos con atributos personales menos  atractivos,  son quienes tienden a utilizar campañas negativas, es decir,  el candidato que cree que tienen menos posibilidades de atraer la atención de los electores habrá de utilizar más este tipo de campañas.

Ahora, teniendo en cuenta que se avecina el procesos electoral en el que se elegirá el Congreso de la República y el Parlamento Andino, es importante indicar que el Consejo Nacional Electoral mediante Resolución 00832 del 5 de marzo de 2013, reglamentó lo concerniente a la propaganda electoral que regirá para las elecciones de Congreso del 2014, y que comienza sus efectos el próximo (9) de diciembre,  solo se espera que los candidatos al Congreso con influencia en  nuestra circunscripción  electoral, sean decorosos y muy elegantes en el manejo de sus propagandas políticas, que se preocupen más por la venta de ideas e iniciativas legislativas,  que por la venta de imagen.

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