Si le quitas con una mano y le devuelves con la otra, construyes territorios ambientales y socioeconómicos ingobernables “no sustentables”. Todo inicia desde un concepto mal concebido; regalías, no son un impuesto, es el derecho que se le paga al dueño de un insumo, por el permiso de aprovecharlo “recurso natural” y debe ser gana-gana.
LA RIQUEZA COLOMBIANA
La mayor parte de los recursos naturales son finitos “se agotan o son sustituidos”, ellos no se encuentran en todas partes (Colombia es privilegiada), además, el dueño de estos insumos en casi todas las economías del mundo es la sociedad, no es la empresa estatal y menos la privada.
Y ahora ¿cómo repartimos esa torta que genere confianza al inversionista y al propietario “sociedad”, garantizando la Licencia Social para Operar (LSO)? La respuesta es muy sencilla. Las empresas, privadas y públicas o público-privadas aquí y en la Conchinchina, necesitan insumos.
Por ejemplo: Apple, su mayor insumo es el desarrollo del conocimiento, los aviones requieren combustible, la agricultura de los suelos, la piscicultura de los peces, los gobiernos nacionales, regionales y locales viven de los impuestos en gran medida, la construcción del cemento y la minería de los minerales. Como vemos, todos deben pagar un precio para usar esos insumos.
Los minerales son el insumo de la minería y pertenecen al Estado (o sea, de todos los colombianos, Artículo 332 de la Constitución Nacional Colombiana de 1991).
Ahora ¿cómo podemos negociar ese insumo, llamado mineral, encontrado en la roca?
Para ello, existe el concepto de regalía: “es la cantidad que se le paga al dueño “o sea el pueblo colombiano” de un derecho (el del mineral que está en la roca) por el permiso para ejercerlo (explotarlo)”. Es claro que, las empresas no son dueñas de nuestros recursos, y que las regalías son aplicadas exclusivamente a las empresas que hacen uso de nuestros recursos naturales “minerales, peces, agua, suelos entre otros”.
Por ejemplo: la actividad de la construcción no paga regalías por comprar el cemento. Mientras que, los que fabrican el cemento si deben pagar regalías, ya que necesitan de nuestros insumos “minerales” para producir el cemento. Y estos insumos al momento de ser extraídos generan impacto social, ambiental a perpetuidad, y la manera de compensar, es con el cobro de regalías gana-gana. Leer: Regalías mineras gana-gana: no existe la receta mágica, pero se prepara.
MINERÍA EN AMÉRICA
En América Latina y el Caribe, las empresas mineras son las más rentables de toda la economía. Lo son, básicamente, porque las regalías mineras se aplican en las utilidades (es aquí, donde radica la razón de no transformar nuestras riquezas).
Recuerden que, utilidad o ganancia es venta menos costo de producción. La única forma que nuestros aliados logren ser las mejores empresas productivas de la mano con lo ambiental, social y desarrollo tecnológico, es que, las regalías se cobren en las ventas o volúmenes de producción. ¿Por qué?
Imaginemos dos empresas A y B, ambas exportan carbón y están separadas por una cerca o malla. Comparten las mismas características: recursos y reservas (calidades, tamaño, profundidad de los mantos), comunidades con NBI (necesidades básicas insatisfechas), mano de obra calificada, universidades alrededor, distancia al mercado de exportación entre otros factores.
La empresa A tiene la misma producción anual que la B. La producción es de cinco millones de toneladas de carbón. El costo de producción es el doble en la empresa B (equipos-procesos obsoletos, escaza inversión tecnológica de punta) respecto a la empresa A (mediana tecnología, de los años 90). Cuando se liquidan las regalías, la empresa A genera mejores beneficios (mayor pago de regalías) a los dueños del carbón “la sociedad colombiana” que la empresa B.
Al momento de deducir el costo de producción, cada compañía justifica sus gastos a su conveniencia, al final, optimizar y mejorar el proceso no los perjudica tanto como a los dueños del insumo. Como vemos, nuestros aliados “empresas A y B” generan sus respectivas utilidades para sus inversionistas, y de ellas, se le aplica el mismo porcentaje de regalías para la empresa A y B.
Si ese mismo porcentaje de las regalías se aplica sobre las ventas o los cinco millones de toneladas producidas, esto inmediatamente obliga y condiciona a toda empresa en desarrollar y buscar la mejor tecnología que existe en el mercado (propicia e incentiva mecanismos de aceptación de la minería como lo hace Australia Occidental y Saskatchewan, los lugares más atractivos para invertir, creando de las mejores universidades en minería y geología e instituciones tecnológicas alrededor de los dueños del insumo, es por eso que, estos territorios ven a la minería como un buen vecino).
DINÁMICA OPERATIVA
Las compañías mineras en estos territorios, se esfuerzan por lograr los menores costos de producción, y así, aumentar progresivamente la excelencia operacional reflejada en mayores utilidades, independiente del pago de las regalías.
Siendo así, sobre las ventas o volúmenes producidos, ganan las empresas y por supuesto los dueños del insumo “el carbón”. Colombia a la espera de las regalías gana-gana. Recuerden que, las esmeraldas, el carbón coquizable entre otros insumos, solo existen en pocos lugares del planeta y esto le permite a Colombia proponer reglas y establecer condiciones, la fila es larga para escoger a los mejores aliados o vecinos “empresas” de nuestras comunidades y de esta manera evitar el síndrome del patio trasero.
POR JUAN DANIEL ÁNGULO ARGOTE/ESPECIAL PARA EL PILÓN