El gobierno del presidente Juan Manuel Santos tuvo la buena intención de iniciar un proceso de restitución de tierras, aun en zonas que siguen en conflicto. El reto era grande cuando en 2011 se le dio vida a la Ley 1448 que busca reparación, verdad, justicia y no repetición.
Pensaron que en cuatro años dos millones de hectáreas de tierras despojadas por los grupos armados, volverían a sus verdaderos dueños: la mayoría familias campesinas que bajo amenazas tuvieron que salir desplazados a engrosar los cordones de miseria de las distintas ciudades colombianas.
Sin embargo, en ese primer plazo que se puso el Gobierno Nacional solo han podido restituir diez mil hectáreas porque en el camino se dieron cuenta que el camino era más enredado de lo que se imaginaban, no tanto por la alta cifra de solicitudes de restitución de tierras sino por los intereses que se entrelazan alrededor de la tierra en búsqueda del poder.
La estructura de la Unidad de Tierras se ha ido acomodando a la dinámica que los mismos despojados, opositores, jueces y magistrados han impuesto, y se han enfrentado a un componente que no es difícil de sortear: las falsas reclamaciones en cabeza muchas veces de los mismos despojadores que a través de sus testaferros se resisten a devolverla.
El departamento del Cesar es una fiel copia de toda esta situación. Aquí hay más de 190 mil hectáreas, hasta el momento, en reclamación, y solo han vuelto a sus verdaderos dueños cerca de 200 hectáreas. Si el total de tierras restituidas en todo el país es solo del 5 %, el Cesar tiene la misma tendencia.
Es necesario y urgente que el proceso de restitución de tierras en el Cesar tenga veedores para que la tierra quede en las manos de sus dueños originales y no en las de los que se hacen pasar como víctimas. La Ley contempla una pena de ocho años para las falsas víctimas que reclaman tierra, hace un año el mismo director nacional Ricardo Sabogal denunció en Valledupar que existían varios casos confirmados y a pesar de que visita con frecuencia la capital cesarense para dar partes de tranquilidad frente al proceso, no se ha pronunciado al respecto.
Es bueno un proceso transparente, hasta para decir que ya metieron presos a los que querían disfrazarse de víctimas, eso da tranquilidad a los verdaderos despojados, los dueños de la tierra.